“Es un milagro”, dice Árnold Arley Toro, que aún no puede creer que ya pueda mover el cuerpo tras recibir un tiro en la cara en octubre pasado a manos de dos delincuentes que le robaron el celular en la puerta de la casa y se dieron a la fuga.
La bala, que entró por la boca, fracturó las vértebras C4 y C5, “corrió la médula y eso impediría que volviera a moverse”, explicó Carlos Enrique Canencio, especialista de Biomedical, la institución que ha brindado tratamiento gratuito al joven .
De los delincuentes, que cometieron el asalto en Bosa Brasil, en el sur de Bogotá, no se sabe nada, pero la recuperación de Árnold da esperanza no solo a él, sino a su familia y a los terapeutas que lo ayudan.
Su rehabilitación empezó el 13 de noviembre y, tras varias terapias, el joven ya se levanta de la silla de ruedas, algo que médicamente era imposible.
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Trabaja siete horas diarias en su recuperación: se pone de pie, todavía con ayuda, 17 veces al día por cinco minutos. Además, da pequeños pasos.
Árnold ahora se siente “con más ánimo, con más ganas de salir adelante, de ver que hay alguien que lo apoya a uno, que me está dando esta oportunidad tan grande que es volver a caminar, volver a ponerme de pie”.
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La batalla apenas comienza y este joven sabe que con sacrificio y mucha constancia podrá volver a levantarse.
¡Bravo, Árnold!