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Debido a los críticos niveles del sistema Chingaza, que surte la gran mayoría de agua en Bogotá, la empresa Acueducto le pidió autorización a la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) para ampliar a su máxima capacidad la planta de tratamiento Tibitoc.
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A 40 km de Bogotá, en el municipio de Tocancipá, se encuentra la planta de tratamiento de agua potable Tibitoc. El suministro se capta de los embalses de Sisga y Yominé, además del río Bogotá y su importancia radica en que en este momento se convierte en un salvavidas para la crisis de agua de la capital colombiana, pues abastece el 35% del agua a la ciudad y municipios como Sopó, Cajicá, Chía y Tocancipá, es decir, a más de tres millones de usuarios.
Actualmente, esta central, a través de sus 7 sedimentadores, tiene la capacidad de darle a Bogotá 8.500 litros de agua por segundo, el equivalente a 3 piscinas olímpicas. Sin embargo, esta cantidad no es suficiente.
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Con una solicitud, el Acueducto de Bogotá le pidió a la CAR ampliar su capacidad máxima a 10.500 litros de agua por segundo; en otras palabras, pasar de tres a seis piscinas olímpicas.
“El hecho de tener la planta de Tibitoc optimizada y con una capacidad máxima de tratamiento de 10,5 metros cúbicos por segundo nos va a permitir que, cuando vuelva a presentarse una situación similar en el sistema Chingaza, pues no tengamos que volver que pasar por esta situación”, sostuvo en Noticias Caracol en vivo Natasha Avendaño, gerente de la empresa Acueducto de Bogotá.
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La estructura responsable para esta masiva captación del suministro de agua está lista. El gerente del sistema maestro del Acueducto de Bogotá, Diego Montero, dijo que Tibitoc “claro que es salvador. Podríamos atender el 60% al 65% de la población. Eso, fácilmente, puede ser 6 millones y medio de personas. El sistema Chingaza estaría haciendo no más como un 40% o 35% de lo que usualmente hace. Eso, realmente, es un cambio trascendental y un cambio operativo importante”.
Tibitoc no solo permite ampliar el abastecimiento de agua, también potabiliza el líquido que llega hasta los hogares para evitar que se filtren partículas de hierro, amonio y aluminio, debido a la alta cantidad de vertimientos que se arrojan al río Bogotá.
Las múltiples impurezas que tiene el agua que entra a la planta de Tibitoc llegan hasta el pulpo, donde hay 7 compuertas de sedimentación. Aquí se le aplican distintos químicos al agua con el propósito de limpiarla.
En el proceso se separan las impurezas con más de 16 filtros y que al final dan un agua potable que es apta para el consumo humano.
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“El agua que llega de la llave es súper potable. Somos sumamente afortunados de tener casi que por gravedad y, por supuesto, por unos esfuerzos ingenieriles y de tecnología importantes, agua que nos llega del sistema más grande de paramos del mundo”, indicó Carolina Urrutia, exsecretaria de ambiente de Bogotá.
Con todo listo para que la planta de Tibitoc asuma y potabilice un mayor porcentaje de agua, en medio de la crisis climática que vive Colombia, la pregunta es qué consecuencias acarrearía esta decisión.
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Alfred Ballesteros, director de la CAR, manifestó que “tener que tomar la decisión como autoridad ambiental de a quien le voy a restringir ese recurso hídrico para podérselo dar al Acueducto: seguramente va a ser al sector industrial. Pero aquí se viene un debate que como sociedad tenemos que hacer y es que en estos eventos de escasez a qué industrias les vamos a restringir el acceso al recurso hídrico”.
La autoridad ambiental de Cundinamarca tiene un plazo no mayor a dos meses para tomar la decisión.
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