Bogotá, con casi ocho millones de habitantes compartiendo el mismo suelo, respirando el mismo aire, consumiendo sus recursos naturales; semejante ocupación tiene sus costos ambientales, por eso se discute en el Concejo un proyecto para declarar la emergencia climática en la ciudad.
La actividad humana genera fuertes impactos al punto que ya vivimos una crisis climática, sostiene el profesor Gustavo Wilches Chaux, experto en desarrollo sostenible.
“Reconocer que hay una crisis climática que nos obliga a los seres humanos por las buenas o por las malas a transformar lo que entendemos por cultura, por desarrollo, inclusive a transformar nuestra relación entre nosotros mismos”, asegura.
La concejal Susana Muhamad es la ponente de esta iniciativa.
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“Los científicos nos dicen que tenemos 10 años para descarbonizar en un 50 por ciento el mundo. Si no actuamos, entonces lo que va a pasar a las futuras generaciones es impredecible”, señala la cabildante.
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La declaratoria busca asegurar nueve mandatos claves para mitigar la crisis climática en la ciudad y de obligatorio cumplimiento para las tres siguientes administraciones.
Se trata de planear políticas públicas para mitigar la crisis ambiental, prevenir los problemas futuros y no esperar a que lleguen, dice el concejal Juan Baena, quien también se suma a esta causa.
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“Para que cuando empecemos a ver los problemas que se vienen resolverlos antes de tiempo. Eso se llama planeación”, subraya Baena.
Bogotá, pese a su rica diversidad biológica, es al mismo tiempo una ciudad muy frágil desde el punto de vista ambiental, sostiene otro aliado de la iniciativa en el cabildo municipal.
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“Su situación geográfica la hace particularmente propensa a esta problemática, así que Bogotá no solo por su papel de importancia en la economía del país y la región debe tomar cartas en el asunto lo antes posible”, manifiesta el concejal Carlos Carrillo.
El ambiente en el Concejo es positivo y la iniciativa es acompañada por representantes de las más variadas vertientes políticas.
“Hemos trabajado con varios concejales coautores del Partido Verde, del Polo Democrático y tenemos un muy buen ambiente”, indica Susana.
Los mandatos son resultados de la participación de líderes comunales, de distintos credos religiosos y políticos, pero sobre todo de los jóvenes, los más preocupados por el cambio climático. La palabra la tiene el pleno del Concejo de Bogotá.
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