Producto de las graves condiciones de hacinamiento, se presentó una riña entre varios internos de la estación de Policía de Antonio Nariño, sur de Bogotá, que dejó como resultado tres detenidos heridos y cuatro autolesionados.
Las autoridades lograron contener el enfrentamiento, pero esta es la segunda vez en menos de 20 días donde la situación se sale de control.
“Es como la disputa por el espacio dentro de la celda, porque están casi unos sobre otros, y las condiciones en que se encuentran esas personas no son las mejores. El hacinamiento en promedio en Bogotá está casi por el 300% y los casos de estas personas que se agreguen entre sí son reiterados”, dijo el coronel Wilford Méndez, comandante operativo de seguridad ciudadana.
En estaciones de Policía y en las URI de la capital no hay espacio para tanto detenido. El listado de las estaciones con mayor hacinamiento lo encabeza la estación de Policía de Bosa con 700%, Usaquén 680%, Chapinero 660%, Mártires 665%, Candelaria 620% y Teusaquillo 590%.
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La situación es tan grave que los detenidos deben dormir literalmente unos encima de otros, incluso algunos deben hacerlo sentados. Una ducha o un baño puede ser compartido hasta por 50 detenidos.
El hacinamiento en general en Bogotá alcanza el 293% y muchos de los detenidos están condenados, pero no han sido trasladados a las cárceles.
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“Con el Ministerio de Justicia, hemos venido trabajando conjuntamente con el Inpec para poder avanzar en el traslado de las personas condenadas que todavía están en centros de reclusión, llámese URIs o incluso estaciones de Policía en la ciudad de Bogotá y que por ser sindicados deberían estar en un centro del Inpec”, indicó Aníbal Fernández de Soto, secretario de Seguridad de Bogotá.
Aunque desde Alcaldía de Bogotá consideran que hay voluntad, los esfuerzos no son suficientes y por eso lanzan al Gobierno nacional un SOS, pues este año ya han sido varias ocasiones donde ha tenido que intervenir el Esmad para evitar la fuga de los detenidos.
“A veces la capacidad del personal que tenemos en las estaciones para controlarlos no es suficiente y se requiere de apoyo de más policías. El riesgo es total entre ellos mismos porque se pueden golpear, se pueden causar daño entre sí y también al momento de confrontar a los policías que generan los controles”, agregó Méndez.
Este año la Alcaldía de Bogotá pondrá en funcionamiento nuevos espacios para el traslado de detenidos en localidades como Suba y Puente Aranda.