En diálogo con Blu Radio , la joven de 21 años comentó que, aunque todo inició como un procedimiento de rutina, en cuestión de minutos fue víctima de un abuso sexual por parte del ginecólogo .
“Yo pedí la cita médica en el call center y me la dieron en la sede de Zona Franca, a las 6:00 p.m., con el doctor Ernesto Ortiz. Yo llego a las 5:30 p.m. y cuando entro al consultorio el doctor tenía una forma muy normal de preguntarme los motivos de la consulta”, comentó la estudiante de Enfermería.
En medio de la consulta, cuenta la joven, empezó a notar cosas extrañas y, “cuando yo intentaba correrme, él me forcejeaba las piernas de una manera en la que yo me empecé a asustar bastante. No me lograba correr porque la camilla no era una ginecológica, era una común y corriente, entonces a lo que yo me jalaba se corría era el papel en el que yo estaba acostada. Noté que tenía un preservativo”.
Durante la situación, además, fue agredida verbalmente.
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“Me puse muy nerviosa, estaba muy lastimada y él me empezó a decir cosas, que estoy muy deliciosa y que estoy muy rica, y expresiones feas. Me levanté de la camilla a ponerme la ropa rápidamente, pero él se puso de pie junto a la puerta y me dijo que no me podía dejar ir hasta que no me entregara los exámenes. Me dijo que esperaba que el próximo control lo tuviera con él”, comenta.
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La víctima indica que el hecho duró cerca de dos minutos y, cuando logró salir del consultorio, en shock y llorando, le pidió a uno de los vigilantes del edificio información de cómo llegar al CAI para realizar la denuncia.
De inmediato, agrega, llamó a su mamá y al cuadrante de Policía. “También me comuniqué con la Secretaría de Salud mientras la Policía llegaba, me indicaron que no me lavara las manos, que no me fuera a cambiar la ropa y que me quedara en el lugar. Llegó la Policía y me piden que les relate todo lo que pasó y les diga dónde estaba el consultorio. Me acompañaron, pero vimos que el médico ya no estaba”, recuerda.
Los momentos posteriores fueron un suplicio, pues cuando el gerente administrativo de la sede de EPS Sanitas “llegó al lugar, les dijo a las señoras del aseo que no dejaran sacar la prueba (el preservativo arrojado a la caneca) y les pidió que no dieran información ni datos personales del doctor”.
Además, ella y sus padres tuvieron que esperar un buen tiempo antes de ser trasladada a la Clínica de Occidente a realizarse exámenes médicos.
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Hoy “presento bastante dolor en los músculos de las piernas, en la cadera. Tengo morados en las piernas, golpes en la espalda”, puntualiza en el doloroso relato.
Escuche aquí la entrevista de Blu Radio
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