Si hay un sector que ha resultado afectado por el coronavirus es el de los habitantes de calle, y de eso da constancia el padre Gabriel Gutiérrez, que lidera la Fundación Callejeros de la Misericordia y que es más conocido entre esta población como frayñero.
“La pandemia ha sido realmente un momento muy duro, muy triste de hambre, desolación y muchos inclusive han muerto en las calles”, reveló el sacerdote franciscano.
Una de esas personas, que falleció hace solo unos días, fue La Mariposa. Pasó sus últimos momentos en un andén y al lado de su cobija.
Es por eso que Frayñero hizo “un llamado a Colombia, al Estado, a aquellos a los que les corresponde para hacer una mirada humanitaria y, tal vez, decretar esta crisis humanitaria que están viviendo miles de habitantes de calle en la capital y Colombia”.
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El religioso sostuvo que “si la situación para un colombiano normal es de calamidad, miseria y tristeza muy grande”, entonces “imaginemos a más de 15.000 ciudadanos que viven en esta ciudad en condiciones infrahumanas”.
Reconoce que la Alcaldía de Bogotá hace una buena labor, pero ante tantas personas es “imposible que el Estado pueda acompañarlos”.
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“Por eso acompañamos directamente en calle a quienes sufren esta miseria, el hambre, la enfermedad, el frío, el empobrecimiento que vive esta ciudadanía”, agregó.
Daniel Mora, subsecretario para la Adultez de Integración Social, señala que el Distrito hace jornadas con los habitantes de calle para brindarles baños, ropa, alimentos y, cuando encuentran casos de enfermedad, se activa la ruta de atención con la Secretaría de Salud.
Además de las necesidades que pasan, los habitantes de calle también se preguntan si estarán incluidos en el plan de vacunación contra el COVID que iniciaría en febrero.
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