Un delincuente se demora de 30 segundos a 1 minuto, en promedio, robando la llanta de un carro , dependiendo si utiliza cruceta o un destornillador eléctrico. Generalmente utilizan las mismas puertas del vehículo en el que se movilizan para ocultarse mientras que su cómplice levanta un poco el auto y juntos desprenden la llanta para llevársela.
Así le ocurrió al cantante de música popular Joaquín Guiller la noche del viernes, 4 de agosto de 2023, en el sector del Salitre, al noroccidente de Bogotá. Llevaba dos carros y a los dos le robaron una llanta.
“Se me le robaron una llanta, parce. Este es el carro que siempre he mantenido en Bogotá y también, vea”, dijo el artista por medio de un video mientras mostraba sus vehículos.
Asopartes hizo un estudio con corte a marzo de este año que dice que los espejos laterales son los objetos de los vehículos que más se roban, seguido de las placas y las llantas.
Publicidad
Según Andrés Nieto, subsecretario de Seguridad del Distrito, este tipo de hurtos se producen a los vehículos que son dejados principalmente en las calles sin ningún tipo de vigilancia y el comercio de estos elementos se facilita por la disposición de compra de algunos ciudadanos que se dirigen a sitios o establecimientos específicos de receptación para preguntar por partes usadas de un línea o marca particular.
"Aquí hay que hacer un llamado a la ciudadanía. El mercado irregular de llantas en la capital está ligado a que alguien encarga esa llanta. Esto lo que hace es que los ladrones inmediatamente salgan a buscar esa llanta de otro vehículo para hurtarla”, explicó.
Publicidad
De acuerdo con el subsecretario, a diario se hacen diligencias en contra del comercio ilegal de partes robadas: "Este año se han hecho más de 523 operativos en diferentes espacios y establecimientos de comercio donde hay eventual receptación de este tipo de elementos y también se han recuperado 520 vehículos gracias a la denuncia formal”, aseguró.
Cabe mencionar que la Ley contempla entre 2 y 10 años de prisión para quienes sean sorprendidos vendiendo o comprando elementos robados. Asimismo, los establecimientos que vendan partes robadas pueden ser objeto de extensión de dominio.