El hijo menor del médico Fabio Grandas, de tan solo un año, se salvó de morir en el accidente aéreo en Ubaté gracias a su mamá, dijeron quienes atendieron el siniestro.
En una emergencia, a los niños “tenemos que colocarlos entre las piernas, inclinarlos hacia adelante para darles la mayor protección. Aparte de eso, pues la protección de su mamá a su hijo tuvo que haber influido para que este menor no presentara tanta lesión que fuera vital para él”, sostuvo Javier Figueredo, director del CRUE de Cundinamarca.
La mamá del pequeño, Mayerly Díaz, dio la vida por el bebé, que está bajo observación en la Fundación Santa Fe. Aunque se encuentra estable, sufrió trauma en el tórax.
Junto a Mayerly falleció su esposo, el cirujano Fabio Grandas, uno de los doctores más respetados en trasplante de órganos y miembro del equipo médico de la clínica donde está recluido su hijo.
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“Fue reconocido en el ámbito médico por su ayuda y amor a la comunidad, es un médico que colaboró con la misión médica”, recordó Figueredo.
El amor por el servicio a los más vulnerables hizo que el médico se apasionara por la aviación y se convirtiera en uno de los pilotos de la Patrulla Aérea Civil, que viaja por las regiones más apartadas de Colombia prestando servicios de salud.
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En las brigadas médicas participaba como cirujano general.
Él, su esposa, el bebé y la nana del niño Nuris Masa -que también murió en el siniestro aéreo de Ubaté- regresaban a Bogotá desde Santa Marta después de unas cortas vacaciones.