La víctima más reciente es un joven en el barrio Olaya, a quien dejó con una llanta en la mano y sin su caballito de acero.
Nicolás Vásquez se movilizaba por el sur de Bogotá cuando el ladrón le salió al paso y empezó a ganarse su confianza.
“Venía como un deportista de ruta” y además le dijo “que patrocinaba ciclistas y que estaba vendiendo guantes”.
De repente, el sujeto le pidió girar por una esquina, inventando que su casa estaba cerca. Hizo el ademán de golpear en una casa y empezó a desarmar su bicicleta, aduciendo que debía hacerlo para no ensuciar las paredes.
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Le entregó la llanta que desmontó y aprovechó que la víctima la tenía en sus manos. En ese pequeño descuido se montó en la bicicleta y se fue.
Aunque Nicolás alcanzó a notificar a auxiliares de Policía que estaban cerca, ya no había nada qué hacer. El sujeto logró escapar con la bicicleta adecuada para alta montaña y le dejó la de baja gama.
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