Durante estos días, a través de las redes sociales se ha divulgado un video de un músico contando la experiencia de una nueva modalidad de robo que está ocurriendo en Bogotá. Es una tendencia de estafa preocupante, ya que explica que no es la primera vez que sucede y varios de sus colegas han sido parte de esta situación.
Estos artistas, que a menudo deben trasladarse a diferentes localidades para cumplir con sus compromisos, especialmente durante las fiestas decembrinas, se han convertido en el blanco de una nueva modalidad de robo que se aprovecha de su necesidad de viajar fuera de la ciudad. Esta situación no solo pone en riesgo sus pertenencias, sino también su integridad física y emocional.
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La modalidad de robo se ha sofisticado, y los delincuentes utilizan tácticas cada vez más elaboradas para engañar a sus víctimas. Los músicos, que suelen llevar consigo equipos costosos y dinero en efectivo, son abordados en rutas poco transitadas o en paradas estratégicas donde la ayuda es escasa. Este fenómeno ha generado una ola de preocupación en la comunidad artística, que ahora debe tomar medidas adicionales para protegerse.
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Cómo operan los delincuentes: el caso de un saxofonista
Los delincuentes han creado un modus operandi que les permite actuar con rapidez. Generalmente, se hacen pasar por clientes interesados en contratar servicios para diferentes eventos. Noticias Caracol en vivo entrevistó a Felipe Galán, músico saxofonista que ha participado en diversas agrupaciones y como solista.
Felipe, quien ha denunciado esta estafa, contó que su caso ocurrió cuando fue contratado para tocar en unos quince años en un lugar fuera de la ciudad, cerca del pueblo de La Calera, Cundinamarca. En su video y en la entrevista, explicó que, al aceptar el servicio junto con un colega de confianza, les pidieron que incluyeran el transporte en el “contrato”. El músico aceptó facilitar un vehículo para el traslado, ya que le dijeron que cubrirían el costo del transporte, lo que generó confianza.
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Después de que su compañero recibió las indicaciones del lugar, se dieron cuenta de que el evento estaba en una zona montañosa. "No era en el pueblo, estaba más arriba. Cuando llegamos, el camino estaba difícil por la lluvia y el carro no pudo seguir. Nos quedamos atrapados y decidimos llamar al cliente", relató Felipe.
Aunque ya se había hecho tarde para el evento, el cliente no mostró molestia. Les dijo que el lugar era de difícil acceso y les sugirió dejar el carro allí. A continuación, les indicó que enviaría a un miembro de seguridad para recogerlos, y les explicó que estaban entrando en una zona restringida donde se encontraban personas importantes.
Los estafadores solicitaron su información personal, y tras recibirla, les dijeron que pertenecían a grupos de disidencias armadas. Aseguraron que ya habían pasado el primer filtro de seguridad y que los estaban observando. Luego, les informaron que enviaría una camioneta blanca para recogerlos. Felipe explicó que, al recibir la alerta, observaron una camioneta que bajaba por el mismo lugar: "El camino era de una sola vía, no podían pasar dos carros al mismo tiempo. Estábamos atrapados, y no movieron el carro porque necesitaban pasar".
Afortunadamente, no era la camioneta anunciada, sino un vehículo de una empresa prestadora de servicios públicos. Sin embargo, detrás de este carro apareció una camioneta blanca, que Felipe y su colega no saben si era de las personas que intentaron estafarlos.
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Robo de información personal
Este tipo de estafa no solo afecta a artistas independientes, sino también a bandas y grupos que viajan juntos. Los delincuentes aprovechan la confianza que los músicos depositan en servicios aparentemente legítimos y utilizan la tecnología para falsificar documentos y crear perfiles falsos en redes sociales y plataformas de contratación, engañando incluso a los más precavidos.
En el relato de Felipe, explicó que en medio de la situación, los estafadores le pidieron un dato personal, ya sea de un familiar o relacionado con la empresa. "Cuando pidieron el dato de mi papá, supe que algo no estaba bien. Alerté a mi papá y le pido que no den dinero, porque sentía que querían esos números para extorsionarlo", comentó.
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Tras la angustia y desesperación, los músicos decidieron cortar la llamada y salir del lugar. Encontraron una estación de servicio, y al salir de allí, se acercó una moto que comenzó a grabarles las placas. Afortunadamente, detrás de la moto apareció una patrulla, que los acompañó hasta que la moto se alejó.
Medidas de prevención y seguridad
Para evitar caer en estas trampas, es crucial que los músicos tomen ciertas precauciones. En primer lugar, es recomendable verificar la autenticidad de los servicios de transporte y logística antes de aceptarlos. Esto incluye revisar referencias, buscar opiniones en línea y confirmar la identidad de los organizadores a través de canales oficiales.
Además, es importante no viajar solo y mantener siempre informados a familiares o amigos sobre los detalles del viaje y la ubicación en tiempo real. Otra medida preventiva es el uso de aplicaciones de seguridad que permiten compartir la zona en la que esté en tiempo real con contactos de confianza.
Estas aplicaciones pueden ser vitales en caso de emergencia, ya que facilitan la localización rápida y la solicitud de ayuda. Asimismo, llevar consigo dispositivos de autodefensa y estar atento a cualquier comportamiento sospechoso puede marcar la diferencia en situaciones de riesgo.
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La importancia de la denuncia ante estos casos de estafa
Es importante que los músicos que hayan sido víctimas de esta modalidad de robo denuncien los hechos ante las autoridades. Felipe explicó que no solo él fue víctima de este caso, sino también un compañero percusionista que vivió la misma experiencia en el mismo lugar cerca de La Calera.
Además, indicó que esta modalidad ha ganado fuerza durante estas fechas, y que, durante la denuncia que presentó, el GAULA les informó que se trataba de un ‘secuestro exprés’. Tenga en cuenta las líneas de emergencia en estos casos, como el 123, el GAULA 165, la Línea Directa de Atención al Ciudadano de la Policía, 018000-910600, 018000-910112, (601) 315 91 12, (601) 315 91 11 o la Policía Nacional 112.
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La denuncia no solo ayuda a capturar a los delincuentes, sino que también contribuye a crear un registro de incidentes que puede ser utilizado para mejorar las estrategias de seguridad en la ciudad. Las autoridades locales han instado a la comunidad artística a no quedarse callada y a colaborar en la identificación de estos criminales.