Bogotá vivió una noche de emergencias: una quebrada se desbordó en el norte de la ciudad y ocasionó afectaciones. Mientras que, en el sur de la capital, las fuertes lluvias afectaron a diferentes familias.
Objetos flotando, sillas y mesas destruidas, ese fue el panorama en el norte de Bogotá tras las intensas lluvias del sábado 18 de marzo.
El balance para una familia es preocupante: pérdida total del inmueble, que, según sus dueños, es la cuarta vez que se inunda.
"Cuando yo me asomé en la terraza de la casa era un vendaval de agua, eso sonaba puro barro. Desde ahí no dejaba de bajar el agua”, manifestó un habitante afectado.
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Las calles del barrio Santa Ana en el norte de la capital se convirtieron en ríos, otras fueron sepultadas por el lodo que los afectados intentaban sacar en medio de las complicaciones y emergencias que se presentaron por las precipitaciones.
Los parqueaderos quedaron anegados y varios carros estuvieron atrapados entre el barro y el agua.
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La cantidad de agua que cayó provocó el desbordamiento, por cuarta vez, de la quebrada Molinos, que incluso generó la caída de árboles en la zona, impidiendo el paso de peatones y vehículos.
El director del Idiger, Guillermo Escobar, indicó que “tenemos varias calles afectadas con lodos. En la localidad de Usme tuvimos tres barrios con afectación por las lluvias”.
Ante la temporada de precipitaciones las autoridades entregaron recomendaciones a la ciudadanía.
“Estamos en la primera etapa de lluvias del año, les pedimos que acaten las recomendaciones de no arrojar basuras y de hacer mantenimientos preventivos en sus viviendas”, agregó Guillermo Escobar.
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Organismos de socorro y miembros del Ejército atienden a esta hora la emergencia y ayudan a los ciudadanos con la limpieza de las calles.
En el sur de Bogotá la situación también fue crítica, pues por más de cuatro horas llovió en los barrios Danubio Azul y La Alameda. Varias casas terminaron inundadas.
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La ciudadana María Téllez salía de trabajar y cuando llegó se encontró con su casa, ubicada en Usme, llena de agua.
“Cuando llegué era demasiado tarde, todo se había perdido, ya se había inundado toda la casa. Todo nadaba, lo único que pudimos salvar fue a los niños y los animalitos”, indicó la afectada.
Su vecina María García también vivió la angustia de salir de su casa para salvar la vida de sus bebés de 4 meses de nacidos y su niña de 3 años.
“Yo tuve que salir a la casa a pedir auxilio porque sentía que los bebés se me iban a ahogar. Perdí camas, toda la ropa y la cocina”, expresó.
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Ambas familias lo perdieron todo, por lo que solicitan ayuda urgente. “Necesitamos que nos ayuden, que nos escuchen. Yo soy recicladora y todo lo que tenía me lo conseguí reciclando”, precisó la ciudadana.
En horas de la mañana, los afectados trataron de limpiar y recuperar algunos enseres, pero el barro y el agua sucia de las alcantarillas rebosadas dañaron las cosas. Mientras estas familias vivían la emergencia, la movilidad en la localidad de Usme colapsó.
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Desde las ocho de la noche el Portal de Usme dejó de funcionar debido a inundaciones, lo que dejó sin transporte a decenas de personas de la localidad.
Natalia Barón, habitante de la localidad, hizo un llamado al Distrito resaltando que “aquí realmente nos estamos viendo afectados, uno porque no se está previniendo toda esta situación de lluvias. Siempre los perjudicados somos todos los usuarios que vivimos a este lado del sur”.
A las 9:30 de la noche la gente seguía caminando y tratando de regresar a casa. Hasta las diez se empezó a restablecer el servicio de transporte en la localidad de Usme.