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Mujer denuncia terrible caso de abuso y robo que le ocurrió cuando caminaba por el norte de Bogotá

Según su relato, los delincuentes la tiraron al piso, la manosearon y se llevaron todas sus pertenencias, pero logró alcanzarlos cuando intentaban huir.

Ladrones capturados en Bogotá
A los delincuentes solo se les imputó el cargo de hurto agravado

Por medio de redes sociales, Gabriela Amézquita Vargas, una joven de 23 años, denunció los abusos y el robo del que fue víctima el pasado 1 de marzo cuando caminaba por el norte de Bogotá durante horas de la noche.

Según contó en sus redes sociales, iba por la acera de la autopista Norte con calle 127, sentido oriente-occidente, cuando decidió tomar un atajo para llegar más rápido a su destino y encontrarse con una amiga suya para cenar. “Tomé la peor decisión que pude”, escribió.

“Tomé un atajo por un pequeño pastizal en donde dos jóvenes venezolanos me sorprendieron y abordaron”, continuó. Con temor, Gabriela intentó correr y devolverse a la acera, pero los malhechores fueron más rápidos y la agarraron de la ropa, la tiraron al suelo, le taparon la boca y empezaron a manosearla.

La mujer afirma que, como pudo, intentó zafarse y gritar, incluso pateó y mordió al delincuente que estaba sobre ella, mientras el otro intentaba arrastrarla hacia la parte más oscura del pastizal.

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Sin embargo, al momento de defenderse, vio que uno de ellos tenía en la mano un cuchillo que, calcula, medía cerca de 20 centímetros. En estado de shock, la joven dejó de apretar su bolso y los delincuentes aprovecharon para tomarlo y huir.

Con la adrenalina por los cielos y aún con gran temor, la joven optó por salir corriendo detrás de los delincuentes. Según su relato, los persiguió por al menos 30 cuadras exponiendo su vida.

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Aunque gritaba y corría tras ellos, dice que solo dos personas le brindaron ayuda y la apoyaron para atraparlos. Más adelante, dos domiciliarios también se unieron y entre los cinco pudieron acorralarlos.

La joven presentó la denuncia ante las autoridades competentes, pero solo se les imputó el cargo de hurto agravado.

La víctima teme que el caso sea archivado y los delincuentes queden sueltos, por esa razón, decidió mostrar sus rostros y hacer una denuncia pública.

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