Bajo estrictos protocolos de bioseguridad, el sector de los moteles reactivó sus labores en Bogotá . Únicamente están funcionando los que han recibido el permiso por parte de la Secretaría de Desarrollo Económico y la Secretaría de Movilidad, después de haber implementado sus protocolos.
“Cada propietario ha tomado con responsabilidad esta oportunidad que nos han dado para poder funcionar dándole así apertura a casi el 50 % de los establecimientos”, indicó Sonia Pérez, directora ejecutiva de Inhotelcol.
Entre los protocolos exigidos están garantizar la asepsia total de las habitaciones y del establecimiento en general, uso de tapabocas, toma de temperatura, lavado de manos, registro de cada cliente al ingreso y salida del lugar, un kit único de uso por habitación, no habrá servicio de restaurante y solo se permite el servicio para parejas.
“Todos los clientes han estado de acuerdo con todos los protocolos que se han implementado para poder brindar este servicio”, destacó Miriam López, supervisora de Secret Motel.
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Asimismo, cada establecimiento debe tener disponible una habitación de aislamiento.
“En el caso de que se nos presente alguna persona con sintomatología poderle brindar todas las medidas de seguridad, mientras llamamos a la Secretaría de Salud para darles los servicios médicos”, precisó Sonia Pérez.
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Durante la pandemia, el sector de los moteles en Bogotá dejó pérdidas de 2.500 millones de pesos mensuales, por eso tienen su fe puesta en esta reactivación.
Llanto de emoción por reapertura de iglesias cristianas
De otro lado, en medio de la reactivación económica en la nueva realidad que vive la capital, las iglesias cristianas tuvieron este domingo la oportunidad de vivir su fe nuevamente de manera presencial en Bogotá. Después de meses, los creyentes asistieron a su celebración espiritual.
"La alegría de todos fue extrema. Varios de ellos estaban llorando de la alegría porque es como si hubieran estado enclaustrados por meses y ahora sintieron bastante libertad", dijo César Castellanos, pastor de la iglesia MCI.
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Los fieles, por supuesto, celebraron la gran noticia. Mientras algunos de ellos, como Milena quintero, afirmaron que poder volver a la que consideran su casa “es un privilegio” y “algo muy especial", otros, como Rósemberg Orjuela, dijeron que se trata de “una bendición muy grande”.
Finalmente, Liliana Herrera, otra de las creyentes, aseguró que el retorno a su iglesia genera una felicidad enorme, porque “esto del amor fraternal hace mucha falta".
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