Séptimo Día dio a conocer nuevos detalles del caso de Ángela del Pilar Ferro, atacada con un hacha por su exnovio Miguel Camilo Parra en octubre del año pasado, cuando la joven decidió terminar la relación.
Los jóvenes se habían conocido por redes sociales en febrero de 2020 y a los 15 días, según reveló Ángela, él empezó a quedarse en su casa “e inició la pandemia”.
En mayo decidieron irse a vivir juntos y con ellos se mudó el hijo de la mujer, que tiene 12 años.
Según Ángela, cuando se conocieron por redes sociales a ella le atrajo su barba y la forma como vestía. Además, Miguel se mostró como alguien “muy respetuoso, súper caballeroso, muy atento, le decía ‘pareces el chico 10 porque tienes todo lo que a mí me gusta’”.
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Cuando se mudaron, la joven sabía que su pareja tenía “varias hachas porque a él le ha gustado el tema del leñador (…) En el momento no me pareció peligroso, teníamos las hachas guardadas en un clóset”.
Cuando las restricciones por el COVID-19 empezaron a disminuir, Ángela quiso volver a ver a sus amigos y un día se fue con su hijo a casa de uno de ellos.
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“Estábamos allá y Miguel empezó a llamarme furioso porque yo no llegaba. Yo creo que me llamó como unas 70 veces”, contó a Séptimo día.
Según la víctima, “los episodios de celos empezaron a aumentar un montón”.
“Le parecía increíble que saliera el fin de semana, que me vistiera de cierta forma, que me maquillara de una manera particular, después empezó a revisarme en mi celular con quién hablaba, qué persona tenía agregada en Instagram y Facebook, quien le había dado likes a mis fotos, quién había comentado. Me reclamaba porque no subía fotos con él”, agregó.
Pero la gota del vaso se desbordó cuando, una semana antes de la tragedia, a Ángela le robaran el teléfono en un Transmilenio.
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Según ella, Miguel Parra insultó al delincuente, que era venezolano, lanzando insultos xenófobos y su furia se extendió hasta la noche.
Cuando regresó a la casa encontró a Ángela durmiendo con su hijo e inició otra escena de celos.
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“Se puso como loco, ¿cómo es posible que me hagas esto? Me estás reemplazando. Este es mi espacio”, le espetó, por lo que ella le hizo el reclamo y con vehemencia le dijo “hasta acá vamos, la relación se acabó acá”.}
La noche del ataque
El 17 de octubre la pareja se reunió para despedirse, tomaron un trago que él llevó y “después empezó a decirme que con cuántos hombres había estado yo, porque él no había estado con muchas mujeres porque su religión se lo prohibía (…) Que si yo le era infiel”.
Lo último que recuerda Ángela fue un fuerte dolor en la cabeza y luego despertó en un hospital con la camisa llena de sangre.
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Sin que ella lo supiera, su hijo de 12 años intentó auxiliarla.
El menor le contó a su a su mamá que había escuchado a Miguel empezar a gritarle groserías.
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“Él subió con el hacha y me amenazó”, le contó.
“Le dijo ‘te quedas acá y no le vas a decir a nadie o te va a pasar lo mismo que a tu mamá’”, relató Ángela.
El niño fue encerrado en un cuarto y, según la mujer, “tuvo que romper la puerta de un puño” para auxiliar a su mamá, que sufrió una fractura de la bóveda del cráneo, traumatismo cerebral focal, hemorragia epidural, traumatismo intracraneal.
Las siete heridas que recibió con el hacha en la cabeza eran de entre 12 y 4 centímetros, según el dictamen oficial.
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El médico de Ángela le dijo “tú estás viva de milagro, y me mostró el tac de la cabeza y literal mi cráneo está como cuando tú dejas caer un plato que se fracciona en muchas partes”.
Agregó que “uno de los golpes estuvo a milímetros de una vena principal”.
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Las heridas fueron tan graves, que Ángela usa un sombrero de forma permanente para ocultar las cicatrices de la cabeza.
Sin embargo, la versión de César Londoño, abogado de Miguel Parra, que intentó eludir a las autoridades afeitándose la barba y cortándose el pelo, es que su cliente “no recuerda lo que pasó esa noche”.
Según el litigante, Parra no era una persona tolerante al trago, por lo que no tiene claro lo sucedió el día del ataque.
“Él recuerda que quien bajó con el hacha fue la señora Ángela, él recuerda que forcejearon con el hacha”, sostuvo.
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Asimismo, señaló que de ser cierto que él atacó a la joven madre, no debería procesarse por “tentativa de feminicidio si la conducta no es dirigida a quitar la vida” y que, en cambio, tendría que responder por lesiones personales agravadas.
El abogado Londoño aseveró además que no solo fue el hijo de Ángela quien llamó al 123, sino que su cliente también habló con la línea de emergencia.
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“Está herida, por favor, manden a alguien”, decía en la grabación, mientras le pedía desesperado al niño el número de teléfono de su expareja.
INFORMACIÓN IMPORTANTE: líneas de atención para las víctimas de violencia intrafamiliar en Colombia
- Línea Nacional 155
- Policía Nacional 123
- Línea Fiscalía General de la Nación 122, para presentación de denuncias de violencia intrafamiliar, violencias basadas en género y violencia sexual.
- Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF), Línea Gratuita Nacional: 018000918080, y Línea de Protección a Niños Niñas y Adolescentes 141. WhatsApp: 3202391685, 3208655450 y 3202391320.
- Línea Púrpura en Bogotá: 018000112137, número gratuito desde teléfono fijo o celular. WhatsApp 3007551846.