En diálogo con Noticias Caracol Ahora, el médico cirujano Andrés Gómez se sumó a los profesionales de la salud que han decidido no callar más y hablar sobre sus experiencias como residentes y los maltratos que recibieron en esta etapa de su formación profesional en la Universidad Javeriana.
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El suicidio de la residente Catalina Gutiérrez ha indignado a la comunidad médica de Colombia. Ya son varios los profesionales de la salud que han denunciado los abusos de los que han sido víctimas.
El cirujano Gómez es egresado de la Universidad Javeriana. Allí también hizo su residencia quirúrgica. A través de una carta, relató su experiencia con recuerdos muy dolorosos.
¿Por qué fue tan difícil para usted escribir la carta de denuncia?
“Me removió mucho, implicó revivir y volver atrás en muchos episodios de mi vida que fueron experiencias difíciles de sobrellevar, que tienen una alta carga afectiva porque hicieron que el paso por lo que para mí era la realización de un sueño se convirtiera en una pesadilla y me quitara la tranquilidad durante el tiempo que estuve allí", dijo el médico cirujano Andrés Gómez.
¿Cuáles fueron esos obstáculos en su residencia?
“Siempre ha existido en la educación médica una cultura de exigencia que muchas veces se desdibuja y precipita muchos encuentros que son hostiles. La residencia implica ir de lleno a un lugar, uno ocupa casi que el 100% de su tiempo a la residencia. Los pocos espacios de descanso que uno tiene también se ven vulnerados. Existe una alta carga académica y emocional derivada de encuentros hostiles con los docentes”, contó Gómez.
“El jefe de residentes fue el que más resistió”
El cirujano escribió esta frase en su carta, según él, se refiere a que “los jefes de residentes son personas elegidas como un ejercicio democrático. Los jefes son personas que llegaron a ese puesto habiendo pasado por un proceso de selección, elección y votación. Era muy confuso cómo alguien que era nuestro par, que había pasado por el mismo proceso, no lograba detener este ciclo de maltrato, sino que se replicaba en el tiempo”.
El médico relató en su escrito que, cuando inició su residencia, el jefe de residentes les dio una charla motivacional de bienvenida con la siguiente analogía: “Es como nadar en una piscina de mierda, a veces uno traga un poco o mucho y no puede ahogarse en ella o llegar al otro lado”.
¿Por qué se sintió incomodo cuándo inició su residencia?
“Hay muchas cosas que tal vez yo veía de forma diferente respecto a mis profesores y que me alejaban de ellos y eso hace que haya ciertos señalamientos respecto al pensar diferente en este lugar. Yo no era visto como lo que estereotípicamente ellos esperaban de un residente y eventualmente de un cirujano. Eso hacía que las interacciones fuesen poco cordiales y hostiles”, puntualizó el especialista de la salud.
¿Cuántas horas trabajaba en su residencia?
“Antes de iniciar mi jornada de cirugía programada a las 7 de la mañana, debía haber visto antes a 7, 8, 9 o 10 pacientes hospitalizados a mi cargo. Eso implica revisar sus historias o conocer si alguna eventualidad ocurrió durante la noche… Todo esto debe quedar hecho antes de las 7 de la mañana. Luego viene una jornada de 12 horas continuas. Una jornada puede ser tan extensa en un día usual de cirugía programada, entre 15 horas y puede alcanzar incluso las 30 horas continuas de trabajo”, acotó el cirujano.
Puede ver la entrevista completa del médico Andrés Gómez aquí:
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