Las personas que una vez vivieron en las ollas más peligrosas de Bogotá festejaron, junto a sus seres queridos, el proceso de rehabilitación.
En torno a una cena navideña, centenares de exhabitantes de la calle se reunieron para recibir la época más bonita del año: la Navidad.
En esta reunión, los desafíos para recuperar sus vidas, sus sueños y sus historias fueron los protagonistas.
De esta manera, más de 1.500 personas que fueron rescatadas del Bronx y de las ollas más peligrosas de Bogotá disfrutaron en compañía de sus seres queridos.
Carlos Andrés García, un exhabitante de calle, habló sobre su proceso de recuperación: “tengo una niña de 14 años que perdí por estar consumiendo drogas. Actualmente hablo con ella y la estoy recuperando”.
Asimismo, María del Pilar Montoya, otra persona que tocó fondo, también contó su historia: “Estuve en televisión y lo perdí todo por caer en la droga. Fue algo muy tenaz para mí y mi familia”.
Quizás uno de los relatos más sorprendentes es el de Mario Salazar, quien hace 20 años fue decano de la facultad de idiomas de una universidad en Bogotá, pero por las drogas se perdió en el camino.
“En un momento dado, me sentí como muy colmado de tantas obligaciones, de muchas cosas. Un día me descarrié, resulté en la calle y perdí por completo a mi familia”, reveló.
Gladys Sanmiguel, secretaria de Integración Social, reveló más detalles sobre este proyecto: “personas que antes estaban en El Cartucho, El Bronx, el canal de la sexta, hoy hacen parte de este programa y pueden compartir con sus familias”.
Con luces de velas y múltiples deseos de superación, estos hombres y mujeres que un día vagaron por las calles le apuestan a una vida libre de drogas y en familia.