Su nombre lo tomaron de Dragon Ball Z, alcanzaron a tener 100 integrantes y muchos venían del Cartucho. Este es el perfil del cruel grupo.
Para custodiar la zona del Bronx, en pleno corazón de Bogotá, y manejar las finanzas del microtráfico, los capos tenían contratado a Los Sayas, como también se les conocía.
Estaban ubicados en partes estratégicas. Incluso en los edificios más altos instalaron puestos de vigilancia que reportaban cualquier sospechoso o irregularidad a la base de comunicaciones.
Eran, además, los encargados de identificar quién entraba a ese deprimido sector. Se les señala de la desaparición de varios agentes encubiertos que, en distintas oportunidades, intentaron ingresar a la zona para revelar la identidad del jefe de esa banda criminal. Terminaban asesinados y descuartizados, al igual que muchos adictos o distribuidores que tuvieran deudas con los jefes de los Ganchos.
Por lo general, todos Los Sayayines eran mayores de edad con largos prontuarios criminales que buscaban en el Bronx ocultarse de autoridades y obtener un poder absoluto del negocio criminal.
Se mantenían encapuchados y usaban armas automáticas. Inclusive se les llegó a ver con subametralladoras.
Su accionar criminal también se puso en evidencia durante una escena que jamás podrá olvidar un ciudadano holandés, quien permaneció durante varias horas encima de una casa ubicada en el Bronx tratando de escapar de tres ‘sayayines’ que al parecer lo tenían secuestrado desde hace varios días.
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Updated: enero 28, 2019 04:25 p. m.