En el barrio Madelena, en la localidad de Ciudad Bolívar, sur de Bogotá, nació el amor de Carol y William, pero por cuenta de la delincuencia sus sueños se esfumaron.
“Toda una vida viviendo en ese mismo barrio. Nos conocimos cuando tenía 15 años, a partir de ahí nunca nos volvimos a separar; 23 años juntos, dos hermosos hijos, un hogar bello”, recuerda Carol Díaz.
Ese hogar, construido con amor y sacrificio, fue destruido por cuatro hombres que siguieron a William, lo golpearon e hirieron en cuatro oportunidades con armas cortopunzantes para quitarle una maleta, en la que únicamente llevaba el almuerzo y su uniforme de trabajo.
Recuerda Carol que “me levanté a las 3:30 con él, le preparé su desayuno, le preparé su ropita, empaqué su almuerzo, se alistó, le di su bendición, salió y a los dos minutos me llamaron”.
Publicidad
William alcanzó a llegar con vida al hospital de Kennedy, pero las heridas fueron mortales.
(En contexto: Asesinan vilmente a un vigilante por robarle morral donde solo llevaba su uniforme y el almuerzo )
Publicidad
“No queda solamente destrozado mi hogar, se llevan mi sustento, mi columna, mi bastón”, lamenta la mujer que perdió a su esposo en un hurto, una práctica que,según el Distrito, ha disminuido en más del 50% .
“No sé de dónde sacan esas cifras, la verdad, no sé de dónde la sacan. Que la inseguridad ha disminuido… eso es falso, es totalmente falso”, refuta.
La familia Díaz solo quiere que se busque a los asesinos y la muerte de William no sea una cifra más de la estadística de impunidad.
Más casos similares
Publicidad