Es diciembre, plena época de vacaciones para cientos de niños y niñas que hace unas cuantas semanas salieron del colegio para disfrutar del sol, los dulces, los villancicos y la Navidad. Frente a la carrera 69 B # 75-86, en el norte de Bogotá, se ven correr a dos pequeñitos quienes, al parecer, están jugando a las escondidas. La calma de la zona y las carcajadas de los chiquitines pasan por alto que hace dos meses, el 28 de octubre de 2024, fueron asesinados en esa casa (ubicada en el barrios Las Ferias, en la localidad de Engativá), los hermanitos Santi Esteban y Susan Camila Beltrán , de 4 y 7 años, respectivamente, a manos de su papá, Darwin Beltrán.
Para quien transita la zona por primera vez le puede ser difícil identificar la vivienda donde, durante tres años, vivieron los hermanitos Beltrán Ramírez, pues la conocida imagen de la casa verde de dos pisos cambió. Ahora, en el primer piso, predomina un color azul cielo. Esta vivienda la vio el país a través del video captado por las cámaras de seguridad de la zona que registraron cómo la mamá de los niños, identificada como Paola Ramírez, se enteró de que sus hijos habían sido asesinados por su excompañero sentimental.
Lo único “físico” que prevalece de aquella trágica tarde son las canecas de basura de color gris que están sobre la acera de la casa donde vivía la familia Beltrán Ramírez, pues debido a la golpiza que recibió Darwin -tras haber asesinado a los niños (a Susan Camila con un arma cortopunzante y a Santi Esteban con golpes, según el informe de Medicina Legal )-, las latas terminaron con abolladuras y una mancha roja en la parte inferior.
Tras caminar unos cuantos metros por la manzana y preguntarle a los comerciantes y residentes de la zona sobre aquel día o si algo había cambiado en el barrio, terminé dialogando con Héctor Vanegas, quien trabaja en un parqueadero ubicado a tres casas de donde vivían Darwin Beltrán junto con Paola Ramírez y sus dos hijitos. Él le contó a Noticias Caracol en vivo que, en aquel primer piso, el papá de los pequeños“tenía al niño ahí, en la ventana, pero ya lo había matado. Estaban muertos los dos niños".
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Algunos residentes de la zona manifestaron que ese día no pensaron en que el paso de las patrullas y de las ambulancias se debiera a un doble filicidio, sino que se trataba de un fatídico accidente de tránsito.
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Una vecina del sector, quien labora en una marquetería, le contó a Noticias Caracol que aquel día estaba ahí trabajando “porque yo cierro a las 6:30 p.m. Entonces, cuando vimos que tanta ambulancia, que tanta moto, pensé que había sido un accidente acá en la avenida, pensé yo eso, un accidente terrible… cuando una señora pasó llorando y me dijo: ‘Ay, vecina, vecina, qué desgracia…’, y yo le pregunté: ‘¿qué pasó? ¿qué fue?’ Y me dijo: ‘que un papá mató a dos niños pequeñitos, los hijos’. No, eso fue terrible. Ojalá no vuelvan a ocurrir esas cosas”.
¿Ha cambiado el barrio Las Ferias tras asesinato de los hermanitos?
Cada vez que se le preguntaba a algún residente o trabajador de la zona detalles sobre la tragedia y qué ha sucedido en el barrio Las Ferias desde entonces, a varios les cambiaron los gestos del rostro, como si regresaran a la tarde del 28 de octubre y pudieran sentir la angustia de aquel momento. Al ver estas reacciones se hace difícil realizar las entrevistas, pues pese a que han transcurrido cerca de dos meses del doble homicidio, aún se puede sentir la huella que dejó Darwin Beltrán y la falta que hacen Santi Esteban y Susan Camila.
Se acerca el mediodía y los restaurantes se alistan para recibir a los comensales. Algunos prefieren almorzar antes de que se lleguen las 12:00 m. para evitar la aglomeración. Con el objetivo de conocer qué ha sucedido en este sector de Engativá, ingresé a un establecimiento esquinero donde venden alimentos. En el lugar resaltaban los olores del clásico corrientazo: sopa, arroz, carne, papa, ensalada y jugo, y el sonido de la parrilla a todo lo que daba.
Un comensal de este sitio, ubicado a pocos metros del lugar del crimen, recordó: “Yo lo único que vi ese día fue a la muchacha (mamá de los niños) y a un muchacho (en bicicleta), no vi nada más. Luego vi en las cámaras de Noticias Caracol que ellos salieron corriendo. Yo escuché cuando gritaron: ‘Los mataron, los mataron’, y yo dije: ‘¿Uy, mataron a quién?’. Pensamos que era una mula (que había atropellado a alguien), pero no había nada por ahí. El barrio ha cambiado, se ve como más tranquilo, la Policía está como más pendiente”.
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La última afirmación del vecino fue secundada por la cocinera de ese establecimiento. Incluso, dijo: “Ya somos más precavidos con los niños”, a tal punto que denunció que “el sábado 7 de diciembre, el Día de las Velitas, un muchacho ahí se agarró con la mujer. Había dos niños igualmente (comparando el caso con el de los hermanitos) y el muchacho cogió al niño por el cuello. Yo soy dueña del establecimiento y ya habíamos cerrado, cuando yo sentí mi reja, que la estaban sacudiendo, era que el muchacho estaba peleando con la muchacha y cogió al niño también. Él se lo quería quitar, entonces, ya todo el mundo estaba asustado. Nosotros llamamos a la Policía, la Policía vino, pero no preguntó nada. Entonces el impacto es eso, que uno ya ahora piensa es en los niños”.
Mientras escuchaba las narraciones sobre el doble homicidio de Santi Esteban y Susan Camila Beltrán, y la violencia que sufrió otra mujer y su hijito el 7 de diciembre, otra comensal del restaurante (que se disponía a tomar una sopa) mantenía su mirada perdida, viendo al suelo, como si navegara en sus pensamientos y rebobinara lo que pasó en el barrio Las Ferias. Tan solo sollozó: “La verdad es que él sí estaba metiendo, como usted sabe que ahí permanece gente viciosa. Usted sabe que uno llama a la Policía, pero (aquellos a los que se denuncian) dirán que uno llama por sapos, lambones, pero no".
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Sobre este hecho, la cocinera volvió a comentar y manifestó que la Policía hizo presencia en el lugar, pero que no brindó una solución para la mujer y su hijo debido a las otras personas que estaban en la fiesta, pues “ahí hay mucha gente de diferente ambiente, meten vicio… entonces dicen que uno es un sapo, un lambón… uno evita meterse en esas cosas porque el problema es pa’ uno”.
Pese al miedo por denunciar, todos a los que se les consultó recalcaron que ya no toleran ningún tipo de abuso, tanto a mujeres como a niños: “Estamos como más pendientes, ahora sí, de los niños, así no sean los hijos de uno. Que vea por ahí uno a un niño, está uno pilas, también por los carros porque es una vía bien transitada, a uno le da miedo. Antes dejaban a los niños por ahí. A Dios gracias no volvió a pasar nada con los niños y que no vuelva a pasar”.
La cocinera del restaurante también manifestó: “Ya somos más precavidos con los niños”.
Pese a que se evidenció mayor atención a los más pequeños y vulnerables de la casa, la comunidad indicó que aún faltan hacer muchas más cosas por los niños, niñas y adolescentes del barrio Las Ferias, pues pese a que tienen un parque al aire libre -frente a la iglesia (lugar donde se pintó un mural conmemorativo con los rostros de Santi Esteban y Susan Camila Beltrán)-, denuncian que no es apto para que los menores de edad vayan, pues hay una gran presencia de habitantes de calle y personas consumiendo sustancias ilícitas.
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“Uno va a otros barrios y el parque es lo más bonito que hay para uno sacar a los niños, pero acá eso no. Hoy en día, en vacaciones, ¿cómo sale uno para que el niño tenga un ratico de esparcimiento si eso está lleno de personas indigentes, viciosas?”, expuso un trabajador del barrio Las Ferias. Además, denunció que el presidente de la junta, pese a que conoce la situación del sector, no ha gestionado nada con la Alcaldía para solucionarlo.
Una transeúnte, quien justo estaba a media cuadra del parque (que tiene una cancha para jugar fútbol, pero permanece vacía) indicó que “hay muchas personas que queremos arreglarlo, que sea un parque bonito, que los niños disfruten, pero desafortunadamente no. Es el único parque cercano y es lo más descuidado que hay”.
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Pese al sol y el buen clima, el parque luce solitario, solo se ve a un par de personas sentadas e, incluso, acostadas en las gradas de la cancha. Respecto a la zona de toboganes y pasamanos, para ser un miércoles de diciembre, en plena temporada de vacaciones, no se veía ni un solo niño o niña jugando.
Comunidad de Las Ferias busca que el barrio avance
Édgar Barragán, presidente F69 zona segura del barrio Las Ferias, compartió que “la dinámica del barrio ha cambiado para bien. Ahora hay más solidaridad entre vecinos, los vecinos nos conocemos un poco más. Se están programando actividades, como el Día de las Velitas, de regresar a las tradiciones”.
Además, junto con la Secretaría de Educación, están en la búsqueda de que el mural donde fueron pintados Santi Esteban y Susan Camila Beltrán vaya acompañado con las huellas de las manos de los niños del barrio.
Caminar frente al mural mencionado anteriormente, el cual hace un mes estaba lleno de personas que buscaban rechazar el crimen de Santi Esteban y Susan Camila, brinda una leve sensación de soledad, pues debido a que los niños y adultos no cruzan por este punto del barrio Las Ferias, pareciera que el querer olvidar se estuviera apoderando de la zona.
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La mancha que dejó Darwin Beltrán en Las Ferias
Algunos han buscado sanar aquella huella imborrable que dejó Darwin Beltrán, pero otros borrarla. Así lo aseguró don Héctor Vanegas: “Es como si todo se hubiera olvidado. Como que el tiempo se encarga de ir olvidando todo”. Eso sí, “la gente comenta y todo. Lo hecho hecho está”. Entre los rumores que se escuchan es que, después de tres días, la mamá de los angelitos asesinados se fue del barrio Las Ferias y que solo volvió para realizar la misa del mes del fallecimiento de sus hijos.
¿Dónde está Darwin Beltrán?
El pasado 31 de octubre, se conoció que Darwin Beltrán había sido judicializado y que un juez de control de garantías (del juzgado 64 de Bogotá) lo cobijó con medida de aseguramiento en un centro carcelario mientras se desarrolla el proceso penal. Se desconoce a cuál prisión fue enviado por motivos de seguridad.
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