La encrucijada del POT en Bogotá

El tiempo se agotó y una vez más el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) , está sumido en la completa incertidumbre en el Concejo de Bogotá. ¿Qué pasará ahora y qué decisión tomará la alcaldesa Claudia López? Es la pregunta que ronda en el ambiente.

A la Alcaldía de Bogotá le quedan dos caminos: decretar el proyecto original radicado el pasado 10 de septiembre en el cabildo distrital o presentarlo nuevamente el próximo año con algunas modificaciones, con una visión más amplia y compartida de hacia dónde deberá caminar la ciudad durante los próximo 14 años.

El reto no es menor y la administración es consciente de eso. En ese sentido, el equipo jurídico del Palacio Liévano evalúa alternativas jurídicas, que le permitan incorporar propuestas de la ciudadanía, las comunidades, los gremios, ambientalistas y de empresarios, recogidas a los largo de los debates y los cabildos abiertos.

Mientras esto ocurre con el POT, las relaciones políticas entre la administración y el concejo de la ciudad pasan por su peor momento durante los últimos dos años. No en vano la Alianza Verde, partido de la alcaldesa Claudia López, está fracturado y bancadas que hace escasos meses simpatizaban con la administración, empezaron a tomar distancia.

Jugaditas y dilaciones

Hablar del ambiente, la tensión política y las acusaciones que durante las últimas semanas enfrentaron a concejales y administración es sin suda referirse a términos que se volvieron comunes en el concejo de la capital: recusaciones, impedimentos, tutelas, todos recursos jurídicos que aunque legítimos, sin duda fueron la piedra en el zapato para que el POT no llegara finalmente a su votación.

¿Qué viene ahora?

Un trabajo de filigrana, pues los reflectores de la ciudad estarán puestos en la decisión que en los próximos días deberá anunciar Claudia López; y es que para algunos cabildantes como Nelson Cubides, concejal ponente del POT, decretarlo sería tanto como darse un tiro en un pie a dos años de terminar su administración y con unas relaciones completamente deterioradas con el concejo. Por otro lado, volverlo a presentar aun cuando para algunos sectores signifique una derrota política. Amanecerá y veremos.