Diez minutos después de salir de su trabajo en la avenida Boyacá con calle 127, Diego Alonso Díaz Malagón fue sorprendido por un grupo de unos diez delincuentes que lo abordaron sobre las 9:40 de la noche y que estaban escondidos entre árboles.
El joven de 25 años se dirigía hacia su casa en el barrio Lijacá y ahora se encuentra luchando por su vida en el hospital tras recibir dos heridas con arma cortopunzante en medio del robo.
“No quedaron contentos con robarle la bicicleta en la que él se transportaba, no quedaron contentos con robarle el celular y demás elementos que él conservaba en un maletín, sino que también le dieron dos puñaladas, una que afectó el corazón y la otra puñalada le afectó el pulmón”, relató Blanca Malagón, su mamá.
Un ataque que, además de dolor, causa indignación para esta mujer, pues los delincuentes incluso hasta lo desnudaron en medio del robo: “El saco que llevaba se lo quitaron, le alcanzaron a romper el pantalón en la parte que llevaba la billetera, le rompieron con navaja, inmediatamente lo tiraron al piso y lo dejaron indocumentado”.
Publicidad
Gravemente herido, el estudiante de Hotelería y Turismo, con las pocas fuerzas que le quedaban, pidió auxilio a los vehículos que cruzaban por el sector. Por fortuna uno de esos carros se detuvo, lo llevó a un centro asistencial y dio aviso a la familia. Lo salvó “la misericordia de Dios y de esas personas que fueron los ángeles en la vida de mi hijo, gracias a ellos cuento con la vida de él. De lo contrario, no sé qué hubiera sido”, recalcó doña Blanca.
Publicidad
Pese a los graves hechos, la familia de Diego no ha podido denunciar el caso formalmente porque, según la mamá del joven, al consultar, le han dicho que es la víctima quien debe ir personalmente a relatar el robo y su hijo continúa hospitalizado.
“La delincuencia nos está ganando, nos está acabando con los sueños de nuestros hijos, con la armonía y tranquilidad de las familias, que ese es el dolor que hoy llevo”, lamentó la madre de la víctima.