La cuchimarcha, integrada por varios adultos mayores, tuvo gran acogida en las redes sociales y varios salieron a manifestarse, no solo en Bogotá, sino también en ciudades como Medellín y Palmira, para expresar su solidaridad con los más jóvenes.
Cuchimarchantes, como Aura Puyana, de 68 años, afirmaron que la inconformidad de los ciudadanos no es solo un tema de las nuevas generaciones.
Ella sostiene que, pese a su edad y a que los tiempos cambian, “la sociedad no pasa al lado mío, no la quiero ver dejar pasar porque estoy dentro de ella todavía”.
Agregó que quienes están saliendo a marchar, “estudiando o no, se sienten sin futuro, se sienten con grave preocupación por su papel en la sociedad no reconocido, porque aunque estudien pueden desertar”.
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Su esposo Miguel Herrera tampoco fue ajeno a las movilizaciones y les envió un mensaje a los manifestantes: “lo que los jóvenes están haciendo es extraordinario”.