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Miguel Velandia no creyó que se enfermaría y, dado el caso, que lo superaría rápido. Sin embargo, la vida lo zarandeó.
No solo se contagió, sino que terminó en una unidad de cuidados intensivos en Bogotá, estuvo en coma y despertó 10 días después.
"Enfermeros, doctoras y doctores me decían que yo era un milagro, que les parecía verdaderamente increíble estar hablando conmigo, que prácticamente morí tres veces y como que me resucitaron", recuerda Miguel Velandia.
Él fue intervenido para drenarle los pulmones y, aunque superó el coronavirus, la enfermedad le dejó como secuela un trastorno que le impide levantar su pierna izquierda. Médicos no saben si recuperará el movimiento plenamente.
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"Totalmente mi vida cambió o está cambiando. Duré un mes en el hospital, tengo que durar otro mes acá encerrado, sin contacto con el exterior, sin poder trabajar", dice.
Este tecnólogo en Finanzas hace parte del grupo de entre 20 y 39 años, que representa el 45 % de los infectados en Colombia.
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"Uno espera que un paciente joven, por ser joven, responda mucho más fácil a los tratamientos que le están dando, pero vemos que realmente no es así. Hemos tenido gente muy joven que ha fallecido a raíz del COVID-19”, reflexiona.
Aunque la mortalidad es baja en el grupo etario de 20 a 39 años -con el 5 % contra el 73 % de las personas entre 60 y 99 - la cantidad de infectados aumenta el riesgo de esta población.
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