El incendio que se registra en los cerros orientales de Bogotá está generando una gigante y permanente columna de humo que está afectando la calidad del aire en la ciudad. Algunas personas ya sienten los efectos de este fenómeno.
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William Ortiz, residente del barrio Juan 23, habló sobre la calidad del aire en ese sector: “Está pesado porque hay mucho humo. A la gente le está molestando la garganta y les ha dado dolor de cabeza también”.
María Eugenia Hernández, una vecina de ese barrio, también se refirió a la situación actual: “Uno de noche no puede ni dormir por el olor a humo. Nos está afectando mucho de todas maneras. Desde ayer desde las siete de la mañana eso está prendido y vinieron los bomberos a echar agua después de las dos o tres de la tarde”.
Las localidades más afectadas son Usaquén, Chapinero, Santa Fe, Candelaria, San Cristóbal y Usme, mismas que colindan con los cerros orientales y donde viven más de millón y medio de personas.
Al incendio de los cerros se suman también conflagraciones en Venezuela y la Orinoquía, cuyas partículas alcanzan a Bogotá. Las autoridades recomiendan utilizar tapabocas N95 y cubrir la piel para no sufrir afectaciones.
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El humo de los incendios forestales se suma a las fuentes permanentes de emisión local y las condiciones meteorológicas asociadas al fenómeno de El Niño.