El Concejo de Bogotá declaró la emergencia climática en la capital colombiana. Implica una serie de medidas para frenar el impacto del cambio climático. Una de ellas es el llamado ‘día sin carne’, el cual causa controversia entre ganaderos y ciudadanos.
La concejal Andrea Padilla aclaró que “no es una prohibición”, sino más bien una jornada de concientización, y explicó qué es lo que se busca con esta serie de mandatos ante la crisis ambiental.
“Es un acuerdo que contempla una serie de mandatos para darle precisamente a la administración distrital una línea de política en la gestión pública en todos los frentes para mitigar la emergencia climática, en temas de ecourbanismo, salud pública, educación y por supuesto política ambiental”, detalló.
Dentro de esas políticas, se incluye una que ha generado ampolla en el sector de la ganadería, pues consiste en “promover el consumo de alimentos de origen vegetal en aras de desincentivar el consumo de animales dado el impacto demostrado de la ganadería en la crisis climática”, anotó la concejal.
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“Lo primero es aclarar que el mandato no establece concretamente un día sin carne, es decir, que un día los bogotanos no van a poder comer carne. No, eso sería excesivamente controversial, incluso podría ser inconstitucional. Aquí lo que se está buscando es que el Distrito adopte el día distrital sin consumo de carne dadas las recomendaciones que ha dado el panel intergubernamental y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura)”, subrayó.
Padilla aseguró que en este sentido lo que se pretende es que haya una serie de medidas pedagógicas de promoción e incentivos, con el fin de hacerle frente a la emergencia climática.
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“Ya se ha adoptado en muchísimas partes, en Brasil y Estados Unidos, y se viene adoptando en colegios públicos, organizaciones oficiales, precisamente como una medida para hacerle frente a la emergencia climática dado las recomendaciones de los expertos de irle bajando, dado el impacto de la ganadería en la emisión de gases efecto invernadero, entre otros graves efectos ambientales”, explicó.
Los ganaderos se han mostrado en desacuerdo con la iniciativa, pero Padilla expresó que “hay que actuar con determinación frente a lo que está causando mayor impacto”.
Según cifras de expertos citadas por la concejal, hay consenso sobre que la ganadería es la actividad humana que más gases de efecto invernadero emite, 18 por ciento en su totalidad.
Además de ello, también el sector que más agua consume con el 87 por ciento del recurso hídrico y el que más impacta en la deforestación.
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“El 70 por ciento de la Amazonía se ha arrasado para meter vacas, el 80 por ciento de la soya que se cultiva es para alimentar animales. Entonces es una información absolutamente objetiva que hay que poner sobre la mesa. Yo entiendo que hay unos intereses económicos, pero hemos llevado al mundo a un punto de insostenibilidad que nos toca adoptar medidas drásticas que tienen que ver con cuestionarnos nuestra alimentación para hacer sostenible la vida en el planeta”, destacó la concejal.
De acuerdo con Padilla, un solo día a la semana sin comer carne reduce el 12 por ciento la huella de carbono por persona.
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“Cada vez más la gente está dispuesta a hacer un pequeño sacrificio por un bien mayor y de esto se trata la democracia, de poner los argumentos sobre la mesa, datos duros, que lleven a la gente a tomar decisiones responsables”, indicó.