La nueva comandante de la Policía Metropolitana de Bogotá, la brigadier Sandra Patricia Hernández
, habló con Noticias Caracol sobre los grandes retos que asume al ser la primera mujer en ocupar ese alto cargo, entre ellos, combatir la inseguridad en la capital colombiana.
Y es que entre enero y abril de 2023 más de 40.000 personas fueron víctimas de atracos. Durante los cuatro primeros meses del año, las localidades con más robos denunciados fueron: Suba, con 4.611; Engativá, 4.267; Kennedy, 4.522, y Chapinero, 3.494.
Estas cifras no tienen en cuenta el subregistro, pues muchos de los que padecen este flagelo no denuncian por distintas razones, aunque destacan la apatía ante los engorrosos trámites y la desconfianza hacia el sistema judicial.
Sobre este tema, la entrante comandante de la Policía subrayó la importancia de denunciar: “Nosotros tenemos observatorios del delito, caracterizamos para ir más allá de la cifra, nosotros necesitamos identificar esos sitios, esas horas, esos factores que rodean la comisión de estos hechos punibles. Cuando se habla de más presencia, pues a veces el número de uniformados es insuficiente, pero más allá yo los invito a generar más confianza en su Policía, esa es una responsabilidad del comandante (de localidad), a los cuales se les exigirá más resultados, más acompañamiento”.
La brigadier Hernández también dijo que es necesario hacer “una revisión interna de la Policía Metropolitana de Bogotá para comprometer y capacitar más a nuestros policías. Vamos a articular más la comunidad, necesitamos que ellos informen y que nos apoyemos en la tecnología, esta vigilancia formal e informal del barrio que reconoce quiénes son estos actores criminales”.
Otro compromiso es que “vamos a acompañarnos más de investigación criminal, más de inteligencia y más apoyo con la Fiscalía General de la Nación. Nosotros tenemos que estar muy vinculados y tener iniciativas investigativas para poderlos identificar, pero también ponerlos ante la justicia, evidenciarlos, porque la comunidad los conoce”.
Su intención, concluyó, es “generar entornos más seguros, que se sientan acompañados siempre de su Policía. A veces no es la cantidad, sino es la efectividad de ese uniformado que está en ese entorno para que la gente se sienta más segura”.
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