Es cada vez más común en Bogotá que los motociclistas sean víctimas de ladrones que se movilizan en ese mismo vehículo. Los delincuentes los interceptan, los amenazan y en varios casos les disparan, dejándolos heridos de gravedad.
Al día, en las diferentes localidades de la capital del país se están registrando 12 motocicletas robadas.
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A los delincuentes poco les importa que sea un mensajero, un domiciliario o una persona que lleva a un bebé en brazos, ellos desenfundan sus armas y cometen los ilícitos.
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Jorge Rodríguez es una víctima de la inseguridad en moto, la misma que crece a pasos agigantados en Bogotá.
Él fue interceptado en el barrio Condado Castilla de la localidad de Kennedy por dos ladrones. Uno de los hampones se bajó para robarle su motocicleta. Jorge no opuso resistencia y subió las manos, no obstante, el bandido le disparó en el pecho y huyó.
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“Duré seis días en la clínica, me hicieron una cirugía para saber cuáles órganos me comprometió el balín, que no me lo pudieron sacar. La cirujana dijo que no había complicaciones pese a que laceró el intestino en dos partes. Nadie sabe con qué arma me dispararon, fue doloroso y me hizo daño, gracias a Dios estoy vivo”, contó Jorge.
La víctima narró que nunca opuso resistencia, pero el delincuente atentó contra su vida.
“Estaba despidiendo a mi esposa, me dijeron con groserías que me bajara de la moto, les dije ‘no estoy armado, no me haga nada’, el tipo me disparó a quemarropa y me dijo ‘cállate o te pego otro’. Sentí susto, jamás me había pasado eso. Lo material se consigue, la vida no”, agregó.
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La víctima, que casi pierde la vida por un acto de delincuencia e intolerancia, pidió a las autoridades que pongan la lupa de manera severa sobre los motociclistas.
“Pido más control, la medida del chaleco me parece absurda, los ladrones pueden llevar un chaleco y después se lo cambian. La Policía persigue a los moteros para inmovilizarnos”, concluyó.
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