Las familias en Suba viven prisioneras del miedo por los enfrentamientos entre vándalos y policías que se han vuelto una constante desde hace por lo menos cinco meses. No saben qué más hacer para protegerse de los gases lacrimógenos y piedras que caen frente a sus casas.
La avenida Ciudad de Cali es el campo de batalla y las viviendas de decenas de personas, que viven con niños, se han convertido en trincheras.
Jonathan Medina, uno de los ciudadanos afectados, cuenta que deben vivir “con botellas llenas de agua y de bicarbonato de sodio para cubrir las puertas porque el gas se filtra”.
Tiene una niña de 4 años, que también está atemorizada por los disturbios que escucha en las calles.
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Las familias en Suba son ajenas a la protesta, pero están en medio del fuego cruzado.
Piedras, palos, gases y bombas molotov son las armas con las que a diario tienen que lidiar.
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“En estos momentos hay niños en las casas que se están viendo afectados por los gases o las bombas de aturdimiento y es muy cansón, es un conflicto que llevamos viviendo más de tres meses”, dice otro residente del sector.
Jonathan dice que “por más trapos que nosotros pongamos, los gases siempre se van a meter” en las casas de las familias en Suba.