Margarita Kozhakila y parte de su familia encontró en Bogotá un refugio luego de huir de Ucrania cuando la guerra comenzó. Se hospeda temporalmente en un hotel y ahora busca trabajo como esteticista y cosmetóloga para sobrevivir en el país junto a su hijo y la abuela del menor de edad.
“Vine a Colombia porque acá se encuentra la familia de mi esposo, mi cuñado. Ellos están acá y me pueden brindar ayuda para sobrevivir en este momento”, dijo al compartir fotografías de su travesía para salir de su tierra natal.
Vienen de Járkov y cuenta que “el 24 de febrero, cuando escuchamos esas bombas, no lo pensamos más y escapamos, tomamos nuestros documentos y con lo que pudimos coger con nuestras manos nos fuimos”.
Agrega que allí se quedaron “mis familiares, que han tenido que sufrir con mayor intensidad los bombardeos. Inclusive, cuando estábamos en un supermercado tuvimos que sufrir el impacto de una bomba y empezamos a correr hacia los sótanos”.
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El viaje por Ucrania lo hicieron en carro, iban parando en refugios. Uno era un jardín infantil.
En la frontera con Polonia el paso no fue fácil. Dejaron su carro ahí gracias a que el gobierno de ese país permite guardar los vehículos en los parqueaderos públicos sin ningún costo.
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En el aeropuerto de Cracovia encontraron otra mano amiga, pues los ucranianos pueden pagar la comida con un 50% de descuento.
En avión volaron a Ámsterdam para culminar su travesía en Colombia.
Pero su felicidad no es completa, porque su esposo “me dejó en la frontera y regresó. Él en este momento se encuentra en una residencia esperando que no sea objeto militar de los bombardeos”.
Como otros miles de hombres, Edgar se quedó luchando por Ucrania y guarda la esperanza de volver a reencontrarse con su familia.
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