Quedó en libertad el expolicía que abatió a dos ladrones que intentaron asaltar un asadero
del barrio Santander, en la localidad Antonio Nariño de Bogotá. El ciudadano, que se había puesto a disposición de las autoridades, seguirá vinculado al proceso.
En la investigación se determinará si el uniformado retirado actuó en legítima defensa al dispararles fatalmente a los dos sujetos señalados de querer asaltar el establecimiento de comidas el pasado martes 20 de febrero.
Guillermo Mendoza Diago, exvicefiscal general de la Nación, considera que “no cabe duda que cuando el primer sujeto sacó un arma de fuego y amenazó a las personas que estaban allí estaba realizando una agresión actual, grave, injusta y capaz, inclusive, de atentar contra el derecho a la vida de estas. Cuando el uniformado reaccionó, obviamente, estaba tratando de desarmarlo. El sujeto se aleja, pero no podemos decir que la agresión haya cesado porque se haya alejado, pues la persona seguía armada y salió (a la calle). El agente retirado tenía razones para pensar que cuando saliera el otro sujeto le iba a disparar”.
Sobre el otro ladrón abatido por el expolicía, el de la moto, el jurista explicó que aunque “no realizó un acto agresivo de la misma naturaleza que el que entró al establecimiento, no cabe duda que es una persona que es coautor del sujeto que amenazó con el arma y no había ninguna razón como para que el exagente no tuviera motivos para pensar que el otro también estaba armado y que podría agredirlo. Si bien eso no podría manejarse como legítima defensa, sí como una eventual defensa putativa o subjetiva, que elimina la culpabilidad”.
En las imágenes captadas por tres cámaras de seguridad se ve cuando uno de los ladrones, el que entró al asadero, forcejeó con el expolicía, que cayó detrás de una vitrina. El asaltante le disparó a quemarropa y el uniformado retirado esquivó milagrosamente el tiro.