Hay consternación en la localidad de Kennedy, en Bogotá, tras conocerse denuncias de varias estudiantes del Colegio Distrital Gabriel Betancourt Mejía contra un profesor que las habría acosado sexualmente.
Yolima, madre de una las presuntas víctimas, contó lo que su hija le dijo.
Él me está acosando mamá y él me quiere chantajear ahora que para yo no perder mi año, entonces tengo que acceder a una cantidad de insinuaciones a nivel sexual que él me está haciendo
Según la denunciante, de manera repetitiva el docente le hacía propuestas indebidas a la menor de edad para que tuvieran encuentros íntimos en el salón en donde solía dictar clase.
“Dentro del aula de tecnología hay un cuarto donde tienen equipos y ahí es donde él se esconde con las niñas”, afirmó la madre de la alumna.
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Otra menor de edad también le confesó todo a su mamá que recibió “una llamada del docente solicitando una carta en donde mi hija manifestara que él nunca la había tocado y que él nunca se había metido con ella. Después de esa llamada decido preguntarle a mi hija nuevamente y ella lo único que hizo fue ponerse a llorar y decir ‘sí pasaron cosas’. Él abusivamente le toca sus partes íntimas”.
“Lo que estamos pidiendo no es que trasladen al profesor, es que lo inhabiliten, que le quiten su tarjeta profesional, que ese señor no pueda ejercer más como maestro”, clamó Yolima.
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Los padres de familia denuncian que no hubo prevención, pedagogía ni ruta de acción oportuna. “Los estudiantes no tienen ni la más mínima idea a quién recurrir. Es factible la negligencia de los entes como coordinación, orientación y otros que no los escuchan”, afirmó Francisco, acudiente de una de las estudiantes que denunció acoso.
¿Pero cuál es la ruta de atención que se activa una vez se presenta un posible caso de violación, de acoso o abuso sexual?
Edwin Ussa, jefe de la oficina para la convivencia escolar de la Secretaría de Educación, dice que “el primer paso es comunicarnos directamente con la Secretaría de Salud, solicitar la intervención directa con una ambulancia, garantizar la salud física y emocional de ese niño, niña o joven, y posteriormente enlazar, según lo que corresponda, con Fiscalía General de la Nación”.
Sin embargo, en lo corrido de 2022 solo el 16% de las escuelas tiene mecanismos para identificar y derivar casos de salud mental y el 33% provee acompañamiento psicosocial.