Recorrer las habitaciones de una unidad de cuidados intensivos es chocar de frente con un silencio que aturde y estremece. El sonido de las máquinas es la señal de que aún hay vida, y la única razón por la que vale la pena seguir luchando.
Detrás de cada paciente hay un drama, una historia, una familia y unos sueños que esperan por una orden de salida, pues quienes llegan ahí es porque han sufrido una dura batalla en esta extenuante guerra contra el coronavirus .
(Puede ver: El nuevo pico del COVID-19 será devastador si la gente no se cuida, advierte OMS )
La aparente calma en la clínica Nueva El Lago de Bogotá se rompió esta mañana cuando un padre de familia, el de la habitación 14, entró en paro cardiorrespiratorio y los médicos tuvieron que iniciar el proceso de reanimación.
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Tras unos tensos minutos y todo el esfuerzo del personal de salud, lograron salvarlo.
En una habitación alterna otro hombre se despedía de su familia a través de un celular, el reflejo de que nada más incierto por estos días que la vida y el regreso al hogar.
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Estas escenas son el reflejo de una realidad que se vive hoy por hoy en Bogotá.
En este momento la clínica nueva El Lago tiene el 100% de la ocupación de la UCI que está destinada para la atención de pacientes COVID, sus 39 camas. Lo que siempre sale a la expectativa cada vez que llega un nuevo pico es que la población puede cambiar, en este caso está relacionado porque la vacunación de las personas mayores de 80 años ha traído otro tipo de población a la institución
Bogotá llegó a nivel de ocupación UCI del 76,3%. En otras palabras, dispone de 563 camas en unidades de cuidado crítico; pero más allá de los números esto significa que está a punto de entrar la alerta roja en la ciudad.
El sistema de salud está prácticamente a su máxima capacidad instalada con 2,372 camas, pues solo puede llegar a extenderse a 2.400 camas UCI.
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Aunque claramente aún hay disponibilidad, el problema es que la demanda diaria de camas puede llegar hasta las 130, lo que agota el recurso rápidamente.
Según el coordinador médico de la UCI de la clínica El Lago, Luis Fernando Zuluaga, “hemos notado que los pacientes que están llegando en esta ocasión son ligeramente más jóvenes que los de los otros picos previos”.
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Estas situaciones son un llamado a la conciencia ciudadana. Ninguna de estas personas imaginó estar allí, hace apenas días disfrutaban de sus familias, pero en cuestión de horas la vida les dio un giro de 180 grados.