La juez 33 de garantías ordenó enviar a prisión a Julián Ortegón, uno de los presuntos implicados en la muerte de la joven Ana María Castro el 5 de marzo del año pasado.
Julián fue la primera persona en ser detenida por el caso de la joven de 21 años, que estaba con él y otros dos hombres en el carro desde el que al parecer fue lanzada sobre la calle 80.
Otro de los implicados y sobre el que ya hay una orden de captura es Paul Naranjo, que dio en Séptimo Día su versión de lo sucedido la noche en que Ana María falleció.
Según él, se ofreció a llevar a la joven porque estaba muy tomada, y al carro se subieron Paul y otro joven identificado como Mateo, del que dijo no ser amigo.
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Un video conocido en las últimas horas corroboraría parte de lo dicho por Paul sobre el estado de alicoramiento de Ana María, que tuvo que salir de una discoteca ayudada por dos personas. Nada justifica, sin embargo, la violenta muerte que sufrió.
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Asimismo, la Fiscalía reveló una prueba que confirmaría que Ana María Castro sí habría sido lanzada desde un vehículo tras departir con algunos amigos en una fiesta.
Se trata del testimonio de un conductor de una plataforma de transporte que pasaba en el momento justo en que la joven de 21 años cayó del carro.
Esta fue la llamada que el testigo hizo esa noche al 123:
“Lo que pasa es que acá, sobre la (calle) 80, antes de llegar a la Boyacá, botaron a una chica de un carro y estaba botando mucha sangre. Está acostada, ella se encuentra de oriente a occidente. El carro había salido a toda y botaron a la vieja; un man está ayudándola supuestamente, indicando que al parecer la mujer está agonizando”.
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Aunque Julián insiste en su inocencia, existen pruebas que lo sindican de ser violento con sus exparejas.
Su abogado dijo que no es posible que “dos personas en la parte de adelante, en un vehículo en movimiento, lancen a la fuerza a una persona que va en la parte de atrás; no es lógico”, y apeló la decisión de la juez.
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