En la tarde este miércoles 23 de marzo varios padres de familia llegaron al colegio Nuevo Chile, en Bosa, para protestar pacíficamente por el presunto caso de abuso sexual contra un niño de cinco años a manos de un profesor .
De repente, arribaron varios encapuchados. Comenzaron a romper los vidrios y a golpear las puertas del colegio y luego escalaron el ataque al punto de intentar prenderle fuego a la institución.
“Después de mediodía se presentan unas personas quienes cubren sus rostros a través de diferentes elementos e inician actividades de citación para realizar acciones de violencia. Finalizando la tarde colocan unas llantas, las cuales son incineradas frente a la fachada del colegio”, explicó el subcomandante de la Policía de Bogotá, coronel Herbert Benavides.
La situación obligó a la presencia del Esmad en el sitio, donde los agentes fueron aplaudidos por los padres de familia. Aunque la Policía aún no tiene identificados a los encapuchados, sí ha establecido la procedencia del grupo.
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“La información que estamos manejando es que hay parte de estos colectivos, de las autodenominadas primera línea, que precisamente utiliza estos escenarios de protesta pacífica para llegar, incentivar acciones de violencia, acciones de vandalismo, acciones de daño. Nosotros como Policía Nacional venimos haciendo todos los procesos investigativos”, agregó el oficial.
La concejal Lucía Bastidas denunció en sus redes sociales otros actos vandálicos que habría cometido el mismo grupo y señaló a una joven, a quien llama alias ‘La Flaca’, como organizadora de desmanes en este y otros escenarios.
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⚠️Los de Primera Línea se esconden bajo el rótulo de prensa independiente como alias ‘La Flaka’ para convocar y registrar vandalismo en colegios y @TransMilenio, con intereses políticos. No se puede confundir terrorismo con libertad de prensa. Hay que judicializar @FiscaliaCol pic.twitter.com/nqKpR7aCpH
— Lucía Bastidas Ubate (@luciabastidasu) March 24, 2022
“¿Quemar el colegio soluciona algo?”:manifestó
A la hora de los disturbios, los niños estaban estudiando. Las clases fueron suspendidas una vez que comenzaron a propagarse las llamas.
Tras una jornada violenta, en la que según las autoridades no se registró ningún herido ni capturas, la comunidad educativa se unió junto a los ciudadanos para hacer un acto de reconciliación y perdón por los presuntos abusos denunciados en varios colegios de la ciudad.
La comunidad dejó claveles como símbolo de rechazó a la violencia generada en las últimas horas y, con escoba en mano, comenzó a limpiar y recoger los escombros que causaron los encapuchados.