En el último mes en Bogotá han aparecido cuerpos con aparentes signos de tortura abandonados en bolsas plásticas en varios puntos de la ciudad. Uno de ellos fue hallado en la calle 26 con carrera 30 y otro en un canal de aguas residuales en Engativá.
El general Eliécer Camacho, comandante de la Policía Metropolitana, indicó que los homicidios estarían relacionados con “un reacomodamiento de grupos criminales donde nos han dejado afectadas cinco vidas humanas (…) Creeríamos que posiblemente tengan relación con tráfico de estupefacientes, estamos en la investigación correspondiente”.
Para expertos en seguridad, como Andrés Nieto, los móviles de estos asesinatos tendrían que ver con “deudas de honor, ajuste de cuentas o venganzas entre la misma banda delincuencial cuando hay algún tipo de roce o algún tipo de deuda por microtráfico, por armas, porque no se distribuyó bien la ganancia o entre dos bandas que intentan quedarse con un barrio, un territorio”.
Andrés Macías Tolosa, investigador de la Universidad Externado de Colombia, indicó que “los cadáveres encontrados evidencian muestras de tortura y excesiva violencia, lo que podría corroborar esta disputa entre actores ilegales”.
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