En Bogotá falleció la patinadora artística
Carolina Otálora tras batallar contra un cáncer gástrico, enfermedad que la tenía peleando por una muerte digna.
Cuando se montaba en sus patines, se transformaba y atrás quedaban todas las dificultades que padecía de salud. Carolina no era una deportista cualquiera, con sus 1.53 cms de estatura, piernas cortas y velocidad sobresalía entre los demás competidores gracias a su talento.
Su mamá, una humilde trabajadora, logró fundar la Liga de Patinaje Artístico de Cundinamarca en la que Carolina no solo compitió, sino que formó a otros deportistas que, como ella, sueñan con llegar a las grandes ligas de este deporte.
"Un legado, ella nos dejó un legado, y se fue feliz. Todos vamos a seguir luchando por las modalidades de patinaje artístico en pareja y artístico libre”, manifestó Yeirin Mosquera López, hermana de la deportista.
Carolina, acostumbrada a los grandes retos, luchó contra el cáncer gástrico durante 60 días. Se lo diagnosticaron en el mes de agosto. Esta enfermedad fue tan invasiva como sorpresiva y le arrebató la vida en poco tiempo.
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La madre de Carolina Otálora, Custodia López, compartió que la joven fue operada de urgencia el pasado 22 de agosto, pero, desafortunadamente “venían más tumores".
Los días pasaban y el dolor aumentaba, largas noches en medio de tratamientos tuvo que pasar esta deportista de talla mundial. Y como si esto fuera poco, tuvo que dar otra batalla, esta vez con el sistema de salud que no quería autorizarle el derecho a morir dignamente.
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Aunque la eutanasia no se la llevó, ella pudo descansar naturalmente y se fue convencida que, desde el otro lado, verá brillar a nuevas generaciones de deportistas.