Este martes inició la cuarentena estricta entres localidades de Bogotá -Usaquén, Suba y Engativá- para dar respuesta al aumento de contagios de coronavirus COVID-19 en la ciudad.
Entre las tres localidades suman más de 2,6 millones de habitantes y se concentra el 30 % del comercio y las pequeñas empresas de Bogotá.
Y es que la noticia del confinamiento sectorizado no cayó bien entre empresarios del comercio y restaurantes, que advierten sobre el impacto económico que sufrirán sus negocios.
Unas de las consecuencias inmediatas que se puede ver es en el Parque de Usaquén, sector que se caracteriza por la oferta gastronómica, pero que se vio este martes con sus calles vacías y los restaurantes cerrados. Tan solo algunos están abiertos, ya que prestan el servicio a domicilio.
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En las tres localidades que entran en confinamiento trabajan cerca de 240.000 personas en servicios no esenciales, entre ellos, restaurantes, manufacturas, peluquerías, tiendas de ropa y calzado, que no podrán funcionar durante 14 días.
Empresarios le dicen al Distrito que ya tenían inventario y proyecciones para el mes de enero, por ende, solicitan que se estudien estas disposiciones y, si es el caso, levantar un poco antes la cuarentena.
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Entre las otras medidas que se tomaron en Bogotá fue la ley seca durante el puente de Reyes y la continuidad del pico y cédula en toda la ciudad.