De regreso a las aulas: 103 jardines y colegios de Bogotá volvieron a las clases presenciales

Volver a estar en un salón de clases, en contacto con compañeros y maestros y recibiendo los conocimientos presencialmente y no a través de la pantalla de un computador, es una sensación que hace siete meses los estudiantes del Gimnasio Los Arrayanes Bilingüe de Bogotá no vivían.“Es una experiencia muy gratificante puesto que siendo el último año es interesante poder terminarlo presencialmente y poder compartir con mis compañeros y profesores”, manifestó emocionada Gabriela Guevara, personera de la institución.Luego de adaptar sus protocolos, 102 jardines y colegios privados en Bogotá obtuvieron la autorización de la Secretaría de Educación para poder operar.“Hoy nos estamos enfrentando este gran reto por el cual nos hemos venido preparando durante estos meses y es tener aquí a nuestros estudiantes y evidenciar el cumplimiento de los protocolos que hemos venido desarrollando”, explicó Ricardo Sánchez Díaz, rector del Gimnasio Los Arrayanes.“Ha sido una experiencia muy gratificante, digamos que el volver a compartir con ellos aquí presencialmente, poder comunicarme también al mismo tiempo con los niños en casa, hacerles partícipes a los dos de un solo escenario es bastante interesante”, resaltó Yeimi Flórez, docente de Física.Aunque el miedo al virus persiste, 94 de los 2.000 estudiantes del plantel educativo decidieron retornar y vencer el pánico con el autocuidado.“Nosotros tenemos el planteamiento de que tenemos que tener los protocolos para poder cuidarnos, no solamente a nosotros sino también a nuestras familias, y también para venir al colegio a aprender porque es nuestro segundo hogar”, dijo Juan David Carrillo, estudiante de décimo grado.“Los niños se organizan en grupos pequeños de máximo 15 estudiantes y ese grupo permanece unido todo el día, de tal manera que no se integra con los otros grupos durante la jornada”, detalló el rector del Gimnasio Los Arrayanes Bilingüe.La desinfección, el distanciamiento, el uso de tapabocas, así como la adecuación de la infraestructura y una nueva cultura escolar, son primordiales para que este modelo de alternancia pueda funcionar, sin propagar el virus del COVID-19.