El subintendente de la Policía Jesús Daniel Cortés, de 25 años, se debate entre la vida y la muerte luego de que, en confusos hechos, recibiera un disparo a la altura del pecho que presuntamente le dio un sacerdote de la Capilla San Camilo, ubicada en el barrio Juan Rey, en la localidad de San Cristóbal, sur de Bogotá.
Los hechos se registraron en la casa cural cuando el uniformado y un patrullero en servicio activo llegaron al sitio donde se encontraban dos sacerdotes con los que, según la información inicial, se pusieron a ingerir licor.
Minutos después, en hechos que son materia de investigación, el subintendente recibió un disparo en el pecho, a la altura del corazón.
El coronel Wilford Méndez, comandante operativo (e) de la Policía Metropolitana de Bogotá, informó que “dos personas y los elementos materiales de prueba fueron presentados a la Fiscalía General de la Nación, quien asumió la investigación, la cual está en desarrollo”.
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Aunque los dos sacerdotes fueron capturados, los dejaron en libertad por una presunta irregularidad que cometieron las autoridades al ingresar a la casa cural luego del incidente en el que resultó herido el oficial.
Los trabajadores de la capilla informaron que estaban al tanto de lo ocurrido, pero no aportaron más detalles sobre lo sucedido ni sobre los clérigos implicados en el suceso.
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¿Pero quién disparó, por qué y de quién eran las armas de fuego? Esas preguntas son las que tratan de resolver los investigadores.
El abogado penalista Ricardo Burgos también planteó otras inquietudes para establecer qué tipo de conductas punibles enfrentaría el sacerdote acusado de disparar.
“Primero, ¿los curas estaban armados? Y si estas armas eran de ellos, ¿tenían todos los documentos en regla para que pudieran ser portadas sus armas y estando en su domicilio? Esta es una de las situaciones que podemos debatir frente al delito de porte ilegal de armas”, explicó el jurista.
Pese a quedar en libertad, los sacerdotes continuarán vinculados a la investigación.
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Entretanto, el subintendente de 25 años se encuentra en estado crítico, bajo pronóstico reservado, en el Hospital de la Policía por un trauma cardiaco severo y su pronóstico es reservado.
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