Como si fuera uno de sus seres queridos, el personal médico del Hospital de El Tunal, en Bogotá , alienta a los pacientes que disfrutaron las fiestas de diciembre, pero luego de contagiarse con COVID-19 tuvieron que recibir el Año Nuevo en una UCI.
“Cada día llegan y llegan más pacientes, y lamentablemente los que están llegando, están más críticos, eso hace que cada día aumente el requerimiento de camas UCI”, dijo la médica Paola Andrea Ortiz.
Ella asegura que la estancia para estos pacientes COVID en una UCI es prolongada, lo que hace que las camas se agoten.
“Van a tener una hospitalización mayor, son pacientes que por el riesgo, su estancia hospitalaria es de uno o dos meses, o más tiempo de ser necesario”, explicó.
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Estar en la primera línea de batalla es un riesgo para ella y sus compañeros, no en vano lo siguen haciendo, aun poniendo en riesgo su salud o la de sus familias.
“Ver a tus compañeros caer, morir, a tus profesores en un hospital, a las personas que te enseñaron esta bella carrera, saber que día a día mueren médicos, terapeutas, ha sido muy duro para nosotros”, aseguró.
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Ella empezó a sentir síntomas el 19 de diciembre y el 23 de diciembre dio positivo.
“Tuve tos, mialgias, fiebre y, más allá de la sintomatología, la sensación de ser positivo, pensar que puedes complicarte, pensar en todos los compañeros que han muerto por la misma patología”, recordó.
En enero se recuperó y no lo pensó, regresó a la primera línea de batalla a luchar por la vida de muchos colombianos que llegan a las UCI tras ser contagiados con COVID.
“Voy a seguir acá, siempre he soñado con estar en un hospital, pero no dejo de tener miedo, no todos los pacientes desarrollan una inmunidad, no sé si lo hice”, reflexionó.
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Por eso hizo un llamado: “Les pedimos que disminuyan las reuniones sociales, que no salgan de viaje. Sé que es duro confinarse en una casa, en un hospital, como lo hacemos todos los días, 12, 16, hasta 72 horas, pero toca prevenir”.