Adriana Fajardo, pediatra y neonatóloga del hospital Méderi, sufrió un doble drama al estar infectada de COVID-19 y con un embarazo de por medio.
“De las cosas que más duro me ha tocado pasar ha sido eso”, cuenta la doctora Fajardo, en entrevista con Noticias Caracol.
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Para ella, al igual que muchos colombianos, esta pandemia ha sido un camino repleto de obstáculos.
“Yo lo único que hacía era rezar y rezar todo el tiempo a ver si Dios me sacaba de eso y cuando ya vi que no podía aguantar eso, ahí entró el miedo”, expresa.
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Esas luchas de aquellas mamás que siempre tuvo que ver la doctora Fajardo le tocó vivirla en primera persona.
“A los siete días sí me tuvieron que hospitalizar. Estaba muy fatigada, el corazón muy acelerado, en ese momento mi bebé estaba bien, pero mi doctor decidió hospitalizarme, todavía no requería oxígeno, él temía que fuera a pasar lo peor”, recuerda.
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La condición de Adriana empeoró durante la hospitalización y su preocupación crecía por el pequeño que estaba esperando.
“Al otro día llegó la ginecóloga y me hizo la ecografía, apenas yo vi a Pablo, -es nuestro ángel-, no vi el corazón moverse”, señala.
Al poco tiempo le confirmaron que si salía bien de esta situación iba a ser sin Pablo, el bebé que en ese momento llevaba en su vientre.
“Fue muy raro, porque ese día mi esposo me dijo: ‘tengo miedo, tengo miedo’. Yo inmediatamente pasó eso lo llamé, le dije ‘vente ya para la clínica, porque Pablo no está vivo. Te necesito acá’”, dice.
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Fueron días difíciles, donde la doctora Adriana Fajardo y su esposo, el doctor Juan Camilo García, no se explicaban por qué la pandemia les ponía esta dura prueba.
“Menos pensé que con el COVID me iba a pasar a mí, pero cuando me enfrenté a eso y yo me sentí tan sola en una sala de cirugía y solamente quería morirme más o menos, entendí que uno tiene que ser muy humano, demasiado humano”, manifiesta.
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Pero tiempo después de la dolorosa pérdida a la pareja les llegó una gran noticia: Emiliano estaba en camino.
“Tenemos claro que le vamos a decir a Emiliano que existió su hermano Pablo y que él es el que lo va a cuidar, pero pues Emiliano es nuestra nueva ilusión”, subraya la doctora.
Una ilusión que ilumina los ojos de estos dos héroes de la pandemia, pero que también es una invitación a acelerar el proceso de vacunación para todos y por supuesto a cuidarse en este tercer pico.
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