Noticias Caracol habló con familiares de uno de los detenidos que sobrevivió al incendio del CAI de San Mateo, en Soacha, el pasado mes de septiembre donde 8 personas murieron.
Ella relata detalles de cómo inició la conflagración y asegura que dos cuerpos de otros reclusos desmayados le cayeron encima a su hermano evitando que perdiera la vida.
“Nos informó que había un muchacho que presentaba como problemas psiquiátricos, que el muchacho sentía todo el tiempo que lo querían matar. Entonces, empezó aprender la colchoneta por pedacitos y el guarda no hizo nada”, cuenta la mujer que pidió la reserva de su identidad por seguridad.
Dice que el joven también le narró la forma como, según él, se salvó de morir.
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“Él me dijo: ‘nosotros gritamos hasta cuando el humo ya no nos permitió gritar más. Yo lo que hice fue cubrirme con las manos la cara, pero dos muchachos ya desmayados me cayeron encima y gracias a esos cuerpos fue que yo me pude salvar’”, señala.
Ella, quien estaba a las afueras del CAI, asegura que la reacción de los encargados fue tardía: “cuándo mi mamá le dijo a uno de los policías mire que ellos están incendiando eso, el policía volteó a mirar, pero yo creo que él no pensó que fuera gran cosa".
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Sin embargo, para la Policía la reacción estuvo acorde a la situación.
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“Consideramos que no una reacción tardía. Se presenta una asonada por parte de los familiares hacia el personal de Policía que estaba custodiando el CAI y, de manera paralela, las personas que estaban privadas de la libertad inician el fuego al interior de la celda”, afirma el coronel César Castro, comandante de la Policía de Cundinamarca.
Además, aseguran que un nudo en la puerta de la celda también les impidió a los agentes ingresar antes.
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“Los internos hicieron un nudo, con sábanas, y eso, más el sellamiento del candado con ocasión del calor, tampoco permitió abrir de manera rápida. Hasta que nuestro policía pudo con el agua, con el ayuda de otro compañero, retirar el candado para poderlos sacar de este sitio”, indicó Castro.
Mientas familiares insisten en que hubo negligencia y exigen respuestas, ya se inició una investigación disciplinaria en contra de uno de los uniformados.
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La Policía, por su parte, asegura que ninguno de los detenidos presentaba problemas psiquiátricos.