El 4 de diciembre de 2016 el país entero se estremeció al conocer el triste final de Yuliana Samboní, una pequeña de 7 años que estaba jugando con su primo en un popular barrio de Bogotá cuando fue raptada y obligada a subir a una camioneta para luego ser torturada, violada y asesinada a manos de Rafael Uribe Noguera.
La orden de arresto contra Rafael Uribe Noguera fue llevada a cabo dos días después, el 6 de diciembre, bajo los cargos de feminicidio agravado, secuestro simple y acceso carnal violento, esto después de cuidadosas investigaciones y los hallazgos en el penthouse de Equus 66, lugar donde fue asesinada Yuliana Samboní.
Rafael Uribe Noguera aceptó los cargos el 11 de enero de 2017 y en marzo de ese mismo año fue condenado a 51 años y 10 meses de prisión para luego en noviembre aumentar la pena a 58 años, la máxima aplicada en Colombia.
Hoy el asesino de Yuliana Samboní está recluido en la cárcel La Traumaca, centro penitenciario de máxima seguridad ubicado en Valledupar. Uribe Noguera fue trasladado allí para mantener su seguridad, permanece vigilado por guardias del Inpec, no tiene contacto con ningún otro recluso, sale de su celda una vez al día durante un máximo de una hora y dedica su condena a labores artesanales para redimirse con trabajo, dicen fuentes cercanas al caso.
Publicidad
En cuanto a la familia Samboní, los padres de la pequeña decidieron alejarse de la opinión pública tras un hecho que tanto dolor les ha causado . La indemnización a la que tendrían derecho, como víctimas, al parecer sigue en el limbo.
Sin fuerzas y con un dolor constante, los familiares de Yuliana Samboní volvieron a Bolívar, Cauca, su lugar de origen y de donde sienten que nunca debieron salir.
Publicidad
¡#NiUnaMás!