Centro Nacional de las Artes, un reto para la arquitectura colombiana

En Colombia se inaugura un nuevo espacio para el encuentro de las artes, la creatividad, la danza, la música, el teatro y la cultura. Se trata del Centro Nacional de las Artes , una imponente infraestructura de 17.000 metros cuadrados de espacios, que se empezó a edificar desde el 2016 y constituye un verdadero reto para la arquitectura nacional.

Este edificio es de 12 pisos: cuatro, subterráneos y ocho, sobre la superficie. Para construirlo, tuvieron que cavar 30 metros de la carrera Sexta sin dañar ni afectar la Catedral Primada, el Palacio Arzobispal, el Teatro Colón, el Centro Cultural Gabriel García Márquez, la Casa del Florero y otras edificaciones coloniales.

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Hacer veeduría de los avances en la construcción del Centro Nacional de las Artes sin que se afectara el patrimonio cultural del centro histórico fue lo labor que desempeñó Alberto Escovar, director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, desde hace seis años.

Hablamos con él para conocer de primera mano por qué este proyecto, que tuvo una inversión de 130.000 millones de pesos, es el más importante de la cartera en sus 25 años de historia.

Este proyecto para usted es como un hijo con el que enfrentó retos y vicisitudes. ¿Cuáles fueron las más difíciles?

El primer reto era demostrarles a todos los colombianos, y en particular a los bogotanos, que era posible hacer un proyecto de esta envergadura en pleno centro histórico de Bogotá.

Mucha gente piensa que muchos centros históricos que tienen una declaratoria en el ámbito nacional no se pueden tocar o modificar y creo que esta intervención permite entender que la historia en estos espacios continúa y va evolucionando con el paso de los años.

Lo segundo tiene que ver con el entorno en que este edificio se construyó, porque el gran reto de ingeniería era construir un agujero en la tierra de 30 metros que, en un edificio normal de vivienda, equivaldría a diez pisos sin afectar ninguno de los vecinos que tenemos.

¿Cuáles son esos vecinos?

Estamos a menos de cinco metros de la catedral, somos vecinos del Teatro Colón, estamos al lado del Centro Cultural Gabriel García Márquez. Por consiguiente, hacer esa excavación en ese centro histórico sin alterar el tráfico ni la vida de las personas que viven acá y sin alterar las estructuras, muchas veces muy frágiles, fue un gran reto.

Y en materia de ingeniería, ¿cómo blindaron el terreno para no afectar otras estructuras?

Inicialmente, diseñamos un muro de contención de 30 centímetros y ya cuando excavamos y nos enfrentamos a la realidad de los vecinos pasó a tener un metro y veinte centímetros, es decir, casi una muralla completa para asegurar que nada fuera a pasar en el entorno y que todo pudiera desarrollarse con la mayor tranquilidad.

¿Cuánto tiempo tardaron para salir a la superficie y poner la estructura?

Nos tardamos dos años y medio en salir a la superficie, y tres y medio para terminar el trabajo que fue de largo aliento, pero lo culminamos.

¿Cuál es el impacto urbanístico de esta construcción para la Calle 11?

La calle 11 se convertirá en la calle cultural más importante de nuestro país. Empezando desde la Plaza de Bolívar, la catedral, el Museo del 20 de julio, el Centro Cultural García Márquez, este nuevo Centro Nacional de las Artes, la Biblioteca Luis Ángel Arango, la Casa de la Moneda, toda la oferta del Museo del Banco de la República y estamos en negociaciones en cabeza de la ministra Angélica Mayolo con el Gobierno español, para ver si ellos instalan el nuevo Centro de Cultura Español en el antiguo claustro de La Candelaria, con lo que terminaría de consolidar, insisto, este sitio en el mayor centro cultural al cielo abierto del país.