El cucarachero de pantano, la tingua bogotana, la tingua moteada y la alondra cornuda, con sus pequeños cuernos negros que la caracterizan, son algunas de las aves más amenazadas de Bogotá.
“Actualmente, el panorama en la ciudad de Bogotá es bastante dramático porque se ha perdido el tamaño y la extensión de los humedales donde viven especialmente aves endémicas y necesarias de este tipo de hábitat como la tingua bogotana y el cucarachero de pantano. Aunado a ello, los cerros orientales cubiertos de pinos y plantas invasoras y el cerro seco por encima de Ciudad Bolívar, donde antes había un pastizal nativo, propio de la Sabana de Bogotá, ahora está desapareciendo por casas de interés social”, aseguró Oswaldo Cortés, biólogo especialista en aves y fundador de la organización Bogotá Birding.
Cortés cree también que la ampliación de la ciudad de Bogotá, que alguna vez fue todo un humedal interconectado lleno de vida, se ha vuelto una de las principales amenazas para las aves, esos animales con funciones ecosistémicas fundamentales como la dispersión de semillas y el control de plagas.
Una de las especies ya extintas, afirma Cortés, es el zambullidor colombiano que solo se veía en el altiplano cundiboyacense y que hoy ya no se encuentra en ningún otro lado del mundo.
“Lo increíble es que tenemos el conocimiento. Bogotá tiene los recursos y existe el espacio y las especies están disponibles para hacer humedales que conservarán estas especies y muchas otras y no se hace. Los humedales que nos quedan en Bogotá, y en general en la mayor parte del altiplano cundiboyacense, están en condiciones malas o muy malas, pero es algo que se puede manejar, se puede controlar y evitar la extinción de estas especies, siempre y cuando se tome la decisión de hacerlo”, manifestó Luis Miguel Renjifo, biólogo de la conservación y ecólogo tropical.
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Según Renjifo, uno de los ornitólogos más reconocidos en Colombia y quien desde finales de los años 80 realiza la evaluación del riesgo de extinción de las aves del país, los humedales son ecosistemas que, en comparación con otros, pueden recuperarse con más facilidad. Sin embargo, si no los cuidamos, perdemos funciones importantes para la ciudad.
“Los humedales tienen un papel ecológico muy importante, o de hecho varios: uno de ellos es que son amortiguadores de las crecientes. Cuando tenemos esas épocas de invierno o de lluvias excesivas, captan el agua y los humedales contribuyen a la recarga. Contribuyen también a atrapar sedimentos, degradar contaminantes cuando la contaminación no es excesiva y, además, pueden cumplir un papel muy importante en la recreación pasiva de la población”, complementó Renjifo.
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Colombia es el país más rico en especies de aves a nivel mundial. Sin embargo, alrededor de 140 aves están amenazadas en todo el país. Según Renjifo, cada especie es como una pieza de un reloj y si se pierde una, el reloj no funcionará bien.