Así se escondió conductor del Inpec tras ataque a director de La Modelo: "Estaba en shock"

En medio del asesinato del director de la cárcel La Modelo de Bogotá, un hombre auxilió al conductor del Inpec que manejaba el vehículo en el que se dio el hecho sicarial.

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"Muy triste. Él nos pide ayuda y comienza a llamar, no llega nadie y él no dice lo que había pasado ni vemos el carro todavía, después vemos el carro abandonado y nos damos cuenta de que tiene una perforación de una bala. Entonces, más o menos en un transcurso de ocho minutos llegó la Policía y otra persona ahí y es cuando abren el carro y se dan cuenta de que el señor acaba de fallecer. Fue muy impactante ver al conductor del Inpec en estado de shock", narró el comerciante.

En ese momento, según el relato, el conductor del Inpec pidió ayuda para esconderse.

“Que le ayudaran, que le colaboraran, que quería esconderse, desconfiaba de todo el mundo, pasaban muchas motos. Un momento muy impactante, muy duro para él. Él después se encuentra con otro funcionario y se abrazan y se ponen a llorar cuando se dan cuenta de que el señor había fallecido”, agregó el testigo.

El comerciante relató que el custodio del Inpec hizo varias llamadas con el celular para pedir ayuda: “Duraron como dos minutos haciendo llamadas, mientras que llegaba alguien, porque no llegaba la Policía, no había nadie por ahí, estaba el señor solo”.

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Luego, relata el comerciante, llegó el propio subdirector de la cárcel La Modelo al lugar del crimen.

“Él llega y es el que dice que es el director de La Modelo y que él es el subdirector. Entonces, ya se dan cuenta que el señor falleció y se abrazan y comienzan a llorar", indicó.

El testigo aseguró que de inmediato los auxiliaron y no les permitieron salir del establecimiento: “Nosotros lo tuvimos ahí y le decíamos que se quedara tranquilo, que quieto ahí, que no vaya a salir mientras llega la Policía”.

“En ese momento pasan tantas personas que uno desconfía de todos. O sea, todo el mundo es sospechoso, porque todos lo miran a uno, todos sacaban celulares, a grabar, entonces es un momento de desconfianza, de temor, estamos en Colombia y aquí no perdonan nada, la vida no vale nada”, puntualizó.