Luis Ernesto Gómez, secretario de Gobierno, defendió el toque de queda y ley seca impuestas por la Alcaldía para prevenir concentraciones masivas de gente en la capital, donde se disputó el último partido de fútbol colombiano del año.
“Las medidas tanto de restricción al expendio y consumo de bebidas embriagantes están decretadas ya, incluso, desde el 22 de diciembre. Lo que se hizo fue incrementar las medidas, primero, haciendo una suspensión del transporte público masivo, que impidió que llegaran miles de hinchas que pretendían aglomerarse”, sostuvo.
Según él, al final de la jornada hubo 2.800 hinchas distribuidos en la ciudad y se logró disuadir a más de 10 mil, lo que evitó que se dieran riñas o heridos.
“Desde la Alcaldía de Bogotá tomamos todas las medidas necesarias ”, pero lo que no puede hacer, precisó, “es emplazar la obligación que tiene cada ciudadano en nuestra sociedad de cuidarse a sí mismo, su salud y la de sus seres queridos y de quienes conviven”.
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Por eso consideró “lamentable que, en medio de una situación tan crítica de salud pública, pese a todos los esfuerzos sanitarios, todos los esfuerzos de control, algunos hinchas decidieran aglomerarse y no disfrutar el partido desde casa”.
“Están poniendo en riesgo su propia salud y lo más grave, muchos de ellos son jóvenes y seguramente la afectación será menor, pero cuando lleguen a sus casas, la probabilidad de el contagio para sus seres queridos puede ser grave”, insistió.
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Asimismo, cuestionó que el encuentro donde América se coronó campeón del fútbol colombiano no se hubiera transmitido sin restricciones.
“Si hubiera estado por señal abierta y no un canal exclusivo nos hubiera ayudado muchísimo” con las aglomeraciones”, dijo.