¿Por qué las motos involucradas en los más recientes atracos en Bogotá eran robadas o tenían placas adulteradas? ¿Son efectivas la requisas y controles que hace la Policía a motociclistas? Estas son algunas preguntas que hacen habitantes de la capital colombiana, a propósito del atraco a un expolicía, en el que se usó uno de estos vehículos.
Motos usadas en recientes crímenes en Bogotá eran robadas
El 17 de febrero de 2024 ocurrió un robo en la carrera 17A con calle 122, norte de Bogotá. Un motoladrón fue atrapado por la ciudadanía y entregado a las autoridades.
El 20 de febrero de 2024, en la localidad Antonio Nariño, un delincuente que manejaba una motocicleta de alto cilindraje fue abatido junto a su cómplice, esto tras intentar robar en un restaurante a un expolicía.
En la mañana del 21 de febrero, un sicario asesinó a un auditor, intentó huir junto a su cómplice en una moto, pero esta no prendió por un problema eléctrico. Los dos salieron a correr y dejaron la moto abandonada.
Estos tres robos tiene algo en común, dos de las motos habían sido hurtadas en Antioquia y la otra tenía la placa robada. ¿Cómo un vehículo con estas características puede circular libremente por Bogotá? ¿Qué pasa con los planes de controles y requisas?
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La moto utilizada en el robo de Usaquén, en la calle 122, fue hurtada el pasado 15 de abril en Bello, Antioquia. La placa que tenía no correspondía a la verdadera del vehículo, además de que los números del chasis y motor fueron regrabados.
La moto utilizada en el robo al restaurante donde el expolicía terminó abatiendo a los dos delincuentes tenía la placa borrada. Incluso, el casco que llevaba el conductor para el parrillero tiene otro número que no coincide con la placa de la moto.
Y los sicarios del crimen ocurrido en el Parque de la 93 dejaron abandonada la moto, la cual fue robada en diciembre de 2023 en Bello, Antioquia.
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¿Prohibir el parrillero en moto es una medida efectiva? ¿Las motos son un problema de seguridad?
“Hemos venido observando cómo han aumentado los atracos y robos en Bogotá. Hay que retomar el control del parrillero en las motos, igualmente hay que pedirle a las empresas domiciliarias que verifiquen los requisitos de manera exhaustiva de quienes entran a laborar en estas empresas”, recalcó Rolando González, concejal de Bogotá.
Los motociclistas no son delincuentes, pero los criminales sí utilizan este medio de transporte para delinquir en la ciudad. A veces van solos y otras con parrillero, pero la pregunta que surge es: ¿qué pasa con los controles y requisas de la Policía?
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