Traficantes colombianos y venezolanos se disputan a puñal el negocio criminal de bazuco en Bogotá. Así quedó captado en un sector de Engativá, noroccidente de la capital, donde un supuesto extranjero, alias ‘Veneco’, arremetió con cuchillo contra un señalado traficante colombiano.
Como quedó registrado en video, del ataque logró escapar alias ‘el Flaco’, un colombiano que junto con su banda buscan recuperar el millonario negocio que deja la venta de lo que llaman el nuevo bazuco en esa zona de Bogotá.
“Anteriormente, el precio de esta sustancia era de 3.000, 3.500 pesos. Actualmente, como es más adictiva, oscila en un precio entre 4.500 a 5.000 pesos la dosis”, contó un investigador de la Dijín que infiltró la banda.
Según el investigador, la droga ahora tiene más químicos y, para despistar a las autoridades e incluso a los padres de familias, la venden en cápsulas.
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“Anteriormente, su presentación era en papeleta con mayor cantidad de sustancia estupefaciente, pero, como es más concentrada o trae más componentes que hacen adicta a la persona, la reducen a una cápsula farmacéutica transparente”, señaló el agente.
Cuenta además que cada día esta banda vendía cerca de 400 cápsulas con bazuco en Engativá y otras localidades de la zona. Incluso, el agente infiltrado grabó como los traficantes armaban las píldoras con el bazuco a plena luz del día en una calle de la zona.
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Durante casi seis meses, los agentes de la Dijín grabaron el paso a paso de los traficantes, que incluso montaron una especie de oficina de despachos debajo de un puente, ubicado cerca de varios colegios de la localidad.
“Todos estos individuos representan un peligro para la sociedad, quienes venían afectando especialmente a niños, niñas y adolescentes, motivándolos e incitándolos al consumo de drogas para volverlos adictos y después sean los potenciales clientes”, manifestó el general Fernando Murillo, director de la Dijín.
Una situación que convirtió en un infierno la vida de los habitantes de Engativá. Con todas las pruebas recaudadas y denuncias, los llamados Bolivarianos fueron detenidos.
“Tenían inmuebles para el almacenamiento y la dosificación de esta sustancia. Utilizaban teléfonos celulares para comunicarse con los diferentes proveedores o expendedores dentro de esta organización”, indicó Murillo.
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En total, nueve integrantes de la banda fueron capturados. Un juez los envió a todos a la cárcel.