En Bucaramanga, capital de Santander, se encuentra la bebé de 5 meses que llegó trasladada el pasado viernes 14 de marzo desde Ocaña, Norte de Santander, tras recibir fuertes golpes de, al parecer, su padre, un policía activo.
El más reciente parte médico entregado por la clínica en donde está recibiendo atención médica la bebé indica que la menor ya fue extubada y está respondiendo favorablemente a los estímulos, aunque su estado de salud no deja de ser complicado. Además, está siendo valorada por neurocirugía.
Entre tanto, el padre de la niña, el subintendente de la Policía Wilkin Roney Durán García fue capturado y enfrenta una investigación por tentativa de homicidio agravado.
El hecho se dio a conocer en la madrugada del pasado jueves 13 de marzo, cuando la abuela paterna de la pequeña la encontró inconsciente y la llevó de urgencias al Hospital Emiro Quintero Cañizares de Ocaña.
En el centro médico, la pequeña fue internada de inmediato en una Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, y posteriormente trasladada a un hospital de mayor complejidad en Bucaramanga. Al parecer, la bebé ingresó con un trauma craneoencefálico acompañado de un sangrado intracerebral.
¿Qué señalan las primeras investigaciones?
Según las autoridades, este diagnóstico habría sido producto de un golpe propinado por el uniformado a su hija, hecho que, presuntamente, ocurrió en la casa del subintendente adscrito al departamento de Policía de Norte de Santander.
Medios locales señalan que el policía se entregó voluntariamente a las autoridades y, según el informe preliminar de las autoridades, el hombre habría golpeado a la menor bajo efectos de sustancias alucinógenas. Sin embargo, esta hipótesis no ha sido confirmada y es materia de investigación.
La brutal agresión a la bebé ha generado total rechazo en la comunidad colombiana, que en redes sociales exige que caiga todo el peso de la ley sobre el responsable del hecho.
JUAN CARLOS CALDERÓN MEDINA
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